(30 de noviembre del 2023. El Venezolano).- Hace apenas dos semanas, la Unión Europea (UE) prolongó las sanciones sobre Venezuela por seis meses más, desencadenando una fuerte respuesta por parte del presidente de la Asamblea Nacional venezolana, Jorge Rodríguez. Este acusó a Bruselas de violar los acuerdos de Barbados y negó la participación de la UE como observador en las elecciones presidenciales de 2024.
El Estado venezolano resistió las presiones de Washington sobre la posible reactivación de sanciones, marcando un plazo hasta el 30 de noviembre. Sin embargo, la esperada fecha se acerca sin cambios significativos en la política de Caracas.
Los veintisiete países europeos han dado un paso crucial para aliviar las sanciones, «descongelando» a actores políticos y financieros del Estado venezolano. Este movimiento podría devolverles el reconocimiento internacional por parte de Europa, en un momento en que las empresas europeas buscan oportunidades en el sector energético venezolano.
El enfrentamiento entre Caracas y Bruselas tomó un nuevo giro este lunes con la decisión de la Unión Europea de no solo relajar las sanciones sobre actividades económicas y la industria petrolera de Venezuela, sino también sobre funcionarios previamente sancionados. Ahora, se les podría permitir participar en acciones relacionadas con la ayuda humanitaria, reportó RT.
Este cambio de postura europea, que ocurre días después de que Caracas rechazara la participación de la UE como observador electoral, podría entenderse por la debilidad energética de Europa y la aprobación de Washington para normalizar las relaciones comerciales con Venezuela en materia de petróleo y derivados.
A pesar de las expectativas de sectores radicales en Venezuela y Estados Unidos ante la fecha límite, los analistas no anticipan la reactivación de sanciones. Más bien, ven que Venezuela se encamina hacia la normalización de su actividad petrolera.
La decisión de la Unión Europea de relajar las sanciones no parece estar vinculada directamente a cuestiones de derechos humanos o humanitarias, como afirma su declaración, sino más bien a seguir el giro en las relaciones comerciales con Venezuela liderado por la Administración del presidente Joe Biden.
Así como la UE siguió a Washington en la imposición de sanciones bajo la presidencia de Donald Trump, ahora se alinea con el enfoque de desmantelar estructuralmente las sanciones ante el cambio de postura de la Administración de Biden.
Es evidente que Occidente necesita el petróleo venezolano, y las sanciones, que antes apuntaban contra el Gobierno venezolano, ahora parecen afectar más a Europa y Estados Unidos. El giro de la UE refleja la necesidad de adaptarse a la nueva dinámica en las relaciones comerciales con Venezuela, guiada por la urgencia de asegurar suministros energéticos.