(08 de febrero del 2024. El Venezolano).- Con toda su desfachatez que le caracteriza, aparte de sus actitudes jactanciosas innatas, el presidente Nicolás Maduro como todo peleonero consumado y engreído, pretende altisonantemente, una detentación reiterada a cualquier costo, ‘por las buenas o por las malas’; viene a colación la frase (apología)de Maquiavelo: ‘el fin justifica los medios’, según se expresara Maduro durante un acto público al celebrar el 32 aniversario de un hecho aciago en la vida institucional de la nación venezolana, aseveración que acompañó con estímulos de odio hacia apellidos de familias honorables en la sociedad venezolana, debido a su actitudes forjadoras de servicios para el bienestar de la comunidad; como por ejemplo, los Zuloaga quienes impulsaron la producción nacional de energía eléctrica y otras que también fungieron de benefactores en obras sociales, tales como Delfino y Mendoza, de cuando no existía un Estado de regímenes entorpecedores como el que impone virulentamente.
Por Isaías Márquez
Semejante actitud a la cañona desde ya es un augurio de prosecución opresiva acentuada ante el supuesto negado de reasumir el poder.
Se apoya el señor presidente en tal avidez por la inhabilitación de MCM, al sentirse seguro de obviar el acuerdo de Barbados y que asimismo, se deslastrará de las sanciones Ofac/UE.
Bien podría tratarse de un momento cuando su caterva de adláteres serviles, adeptos, deberían preservarse sobremanera, porque tales tipos de temperamentos por su altivez, egocentrismo y paranoia actúan vehementemente (caprichosos), así como de talantes muy ligeros, tornadizos de un día a otro; o, de buenas a primeras, rayanas en actos irresponsables que conllevan desvaríos y, en efecto, aberraciones irremisibles y lamentaciones sobre ¿quién lo hubiera creído así?