(14 de marzo del 2025. El Venezolano).- El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, anunció el jueves el cierre paulatino de los centros migratorios que han funcionado desde 2016 en la provincia del Darién, donde atendieron a cientos de miles de indocumentados, debido a la caída en hasta 98% del flujo hacia el norte del continente.
«No permitiremos más migrantes en esa zona del Darién y cerramos una operación que comenzó en el año 2016 (…) me da mucha complacencia haber cumplido y haber cerrado el Darién, con lo que eso significa para la seguridad regional y panameña», declaró Mulino durante su conferencia de prensa semanal.
Se trata, explicó el jefe de Estado, de los centros de Bajo Chiquito y Canaan Membrillo, donde las autoridades panameñas junto con cerca de una veintena de entes de Naciones Unidas y ONG atendían a los migrantes apenas salían de la peligrosa selva del Darién, la frontera natural con Colombia y que también da nombre a la provincia panameña.
En las estaciones los migrantes recibían alimentación y servicios médicos, y se les tomaban datos biométricos. Las autoridades panameñas han cifrado en más de 50 millones de dólares el costo de esa operación «humanitaria».