(07 de abril del 2025. El Venezolano).- La banda criminal venezolana Tren de Aragua no está bajo el control del gobierno de Nicolás Maduro ni está “invadiendo” Estados Unidos, según un artículo de opinión publicado el sábado 5 de abril por The New York Times, así lo indica La Verdad.
El texto fue escrito por los expertos en violencia en Venezuela Rebecca Hanson, David Smilde y Verónica Zubillaga, quienes afirman que, en febrero, las agencias de inteligencia estadounidenses habrían compartido de manera interna evaluaciones según las cuales el Tren de Aragua opera de manera independiente al chavismo. Además, aseguran que los integrantes de esta organización que han llegado a Estados Unidos no fueron enviados por el gobierno venezolano.
“Aunque no cabe duda de que existe actividad criminal dentro del gobierno de Maduro, su relación con los grupos criminales equivale a un collage inestable y volátil, en el que grupos armados rivales colaboran temporalmente con el gobierno cuando sus diversos intereses se superponen”, señala el artículo.
“Hubo momentos en los que el grupo y el gobierno de Maduro negociaron pactos que sirvieron a sus intereses, su relación se caracteriza mejor como antagónica y competitiva, como lo demuestra la redada militar en la prisión de Tocorón”, agrega.
No existe ninguna invasión
Los autores del artículo también rechazan la narrativa de que el Tren de Aragua esté “invadiendo” Estados Unidos. Explican que si bien la organización criminal ha expandido sus operaciones a otros países de América Latina, su presencia en suelo estadounidense es limitada.
Citan investigaciones de InSight Crime —centro especializado en crimen organizado y seguridad ciudadana en América Latina y el Caribe— que ha seguido de cerca al Tren de Aragua durante años y que no ha encontrado evidencia de que la banda tenga células organizadas en Estados Unidos que cooperen entre sí o que reciban instrucciones desde Venezuela.
“Las exageradas afirmaciones del gobierno (en referencia al expresidente Donald Trump) y la consiguiente preocupación pública por las actividades del grupo en Estados Unidos equivalen a un clásico pánico moral, en el que un conjunto de delitos son citados por los políticos como prueba de una amenaza urgente para la sociedad”, subraya el texto.
Los expertos también destacan que, a diferencia de otras bandas más antiguas y consolidadas, como la Mara Salvatrucha de El Salvado, el “Tren de Aragua” es una organización relativamente joven, con menor capacidad de acción y sin aspiraciones políticas históricas.
“Su expansión en Sudamérica está estrechamente vinculada a la migración masiva de personas venezolanas que se aceleró poco después. Sus operaciones delictivas no tienen que ver principalmente con el tráfico internacional de drogas o las extorsiones transnacionales, sino con el tráfico de migrantes y la explotación sexual de personas migrantes venezolanas en Colombia, Chile y Perú. Ninguna de las principales actividades económicas del grupo sugiere una expansión significativa fuera de Sudamérica”, explican.
Identificación de miembros
En cuanto a la identificación de los presuntos miembros del Tren de Aragua, el artículo menciona que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por su sigla en inglés) ha utilizado un sistema para determinar la pertenencia a la banda, basado en símbolos y tatuajes.
Sin embargo, critican este método argumentando que el uso de tatuajes como identificadores de bandas delictivas es más común en organizaciones centroamericanas y que no existe una tradición similar en el Tren de Aragua ni en otras bandas venezolanas.
“Muchos jóvenes venezolanos, como los jóvenes de todo el mundo, toman prestado de la cultura global los símbolos icónicos con los que se tatúan. Esto no significa que pertenezcan a una banda”, sostienen los expertos.
Crímenes de bajo perfil
A pesar de las noticias sobre presuntos miembros del Tren de Aragua involucrados en delitos en Estados Unidos, como hurtos en tiendas o robos de teléfonos móviles, los expertos recalcan que tales delitos no constituyen una prueba de una “invasión” por parte de la banda.
“Con aproximadamente 770.000 viviendo aquí a partir de 2023, estas magnitudes hacen que sea inevitable. Pero nada de esto es prueba de una invasión del Tren de Aragua”.
Finalmente, los expertos condenan la política migratoria de Donald Trump, aseveran que las deportaciones masivas de venezolanos, como la de más de 200 hombres a una prisión de máxima seguridad en El Salvador, no son la solución para frenar la migración, porque solo fomentan la criminalización masiva y la violación del debido proceso, prácticas que, según ellos, son las mismas de un “régimen” del que muchos venezolanos intentan escapar.