(28 de noviembre del 2021. El Venezolano).- Un nuevo fármaco podría reparar el daño de las lesiones graves de la médula espinal que dejan a los pacientes sin movilidad en sus extremidades, según reveló un nuevo documento que publican una decena de científicos del Departamento de Medicina de Northwestern University en Chicago, de acuerdo a nota publicada por Infobae.
Parece ser tan eficaz que los ensayos en humanos podrían comenzar el próximo año. Los autores del estudio dicen que su innovador descubrimiento estimula el crecimiento de los nervios en las áreas dañadas. “Nuestra investigación tiene como objetivo encontrar una terapia que pueda evitar que las personas se paralicen después de un trauma o enfermedad grave”, explicó el líder del estudio, Samuel Stupp.
“Durante décadas, esto ha seguido siendo un gran desafío para los científicos porque el sistema nervioso central del cuerpo, que incluye el cerebro y la médula espinal, no tiene ninguna capacidad significativa para repararse después de una lesión o después del inicio de una enfermedad degenerativa. Vamos directamente a la FDA (organismo regulador de medicamentos de EEUU) para iniciar el proceso de aprobación de esta nueva terapia para su uso en pacientes humanos, que actualmente tienen muy pocas opciones de tratamiento”, agregó.
Además de los ratones, la técnica funcionó en células humanas cultivadas en placas de laboratorio. Los investigadores creen que esta inyección también podría ayudar a las víctimas de accidentes cerebrovasculares a recuperarse por completo. Existe la posibilidad de que incluso cure enfermedades que afectan el sistema nervioso central, como el Alzheimer, el Parkinson y la enfermedad de las neuronas motoras (ELA).
El daño a la médula espinal interrumpe el flujo constante de señales eléctricas del cerebro al cuerpo. Esto puede provocar parálisis en cualquier miembro donde las señales ya no puedan pasar. El nuevo medicamento envía señales bioactivas para activar la regeneración de las células, lo que lleva a cinco mejoras clave. Las partes largas y delgadas de los nervios cortados (axones) comienzan a regenerarse y el tejido cicatricial que impide la curación desaparece. La mielina, un tejido aislante, se reforma alrededor de las células. En las dos últimas mejoras, se forman vasos sanguíneos funcionales para suministrar nutrientes al sitio de la lesión y sobreviven más neuronas motoras.
El estudio publicado en la revista Science encontró que el fármaco se biodegrada y nutre las células después de tres meses, absorbiéndose en el cuerpo sin efectos secundarios. Menos del 3% de los pacientes recuperan con las terapias actuales alguna vez las funciones físicas básicas y las estadísticas predicen un regreso al hospital al menos una vez al año.
“Actualmente, no existen terapias que desencadenen la regeneración de la médula espinal. Quería marcar la diferencia en los resultados de la lesión de la médula espinal y abordar este problema, dado el tremendo impacto que podría tener en la vida de los pacientes. Además, la nueva ciencia para abordar la lesión de la médula espinal podría tener un impacto en las estrategias para las enfermedades neurodegenerativas y los accidentes cerebrovasculares”, explicó Stupp, experto en medicina regenerativa.
Los científicos creen que esta inyección podría ayudar a prevenir la parálisis después de accidentes de tráfico, caídas, accidentes deportivos y heridas de bala. Además, Stupp cree que en un descubrimiento subyacente: que el “movimiento supramolecular” es un factor clave en la bioactividad, puede hacer que la inyección sea aplicable a otras causas de parálisis.
“Los tejidos del sistema nervioso central que hemos regenerado con éxito en la médula espinal lesionada son similares a los del cerebro afectado por accidentes cerebrovasculares y enfermedades neurodegenerativas, como la ELA, la enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Alzheimer. Más allá de eso, nuestro descubrimiento fundamental sobre el control del movimiento de los ensamblajes moleculares para mejorar la señalización celular podría aplicarse universalmente para obtener nuevos objetivos biomédicos”, concluyó el investigador.