(01 de octubre del 2025. El Venezolano).- Doral, el enclave venezolano más emblemático del sur de Florida, enfrenta una transformación profunda marcada por el éxodo masivo de migrantes. La incertidumbre migratoria, el fin de permisos temporales y el temor a redadas federales han provocado una estampida que ya se refleja en el tejido urbano y social de la ciudad.
Según reportes recientes, familias venezolanas están abandonando sus viviendas, lo que ha generado una caída significativa en los precios de alquiler, alcanzando mínimos históricos no vistos en tres años. En algunos edificios, la tasa de vacantes supera el 10 %, evidenciando el impacto directo de la crisis migratoria sobre el mercado inmobiliario local, así lo indican datos de The Wall Street Journal.
De acuerdo con el medio estadounidense, la tasa de desocupación de apartamentos en los municipios que rodean Doral es del 4,3 %; pero en Doral, esta tasa ha aumentado al 6,5 % desde el 5,6 % a finales del año pasado. En ciertos edificios de Doral, la tasa de desocupación es mucho mayor, superando en algunos casos el 10 %.
En esa zona, señala The Wall Street Journal, aproximadamente el 40 % de los residentes de Doral, unos 80.000, son venezolanos o tienen ascendencia, muchos de ellos con décadas en esta ciudad, ciudadanía e hijos en Estados Unidos, mientras que otros llegaron hace poco a hacer vida impulsados por las políticas migratorias de Trump. Los agentes de arrendamiento de los edificios afirman que las desocupaciones se deben a la huida de venezolanos. Los alquileres en Doral han caído a su nivel más bajo en tres años, así lo destaca uhn_plus.
Entre la incertidumbre y la resiliencia
El temor a operativos migratorios y la expiración de programas de protección temporal han generado un clima de inseguridad entre miles de residentes. Muchos enfrentan decisiones difíciles: abandonar sus hogares, buscar nuevos destinos o regresar a Venezuela en condiciones inciertas. Doral, que durante años fue símbolo de integración, emprendimiento y comunidad para los migrantes venezolanos, vive hoy una etapa de redefinición, con consecuencias que van más allá de lo económico. La pérdida de población afecta escuelas, negocios, redes de apoyo y dinámicas comunitarias que habían florecido en la última década.
Un llamado a la atención pública
La situación plantea desafíos urgentes para autoridades locales, organizaciones sociales y medios de comunicación. La historia de Doral no es solo una estadística: es el reflejo de miles de vidas en tránsito, de familias que construyeron comunidad y hoy enfrentan desarraigo.