(05 de junio del 2025. El Venezolano).- La doctora María Begoña Tortolero, psicóloga clínica, especialista en psicoeducación y en promoción de la salud mental, combina rigor académico con un enfoque humanista cuando sus pacientes enfrentan tiempos desafiantes en etapas de sus vidas. En esta entrevista comparte para nuestros lectores, en especial los de Venezuela, reflexiones sobre ansiedad, autoestima, migración y el poder transformador de la psicoeducación.
Tortolero, egresada de la Universidad Rafael Urdaneta de Maracaibo, en el estado Zulia, y doctora en Métodos Educativos, Psicológicos y Sociales por la Universidad de Málaga, España, con amplia experiencia en consulta clínica, docencia universitaria y programas virtuales, centra además su labor profesional en hacer accesible el cuidado emocional.
-Usted ha desarrollado programas psicoeducativos sobre ansiedad, depresión y autoestima. ¿Qué impacto han tenido?
-Ha sido una experiencia gratificante y necesaria. Estos programas no solo informan, sino que transforman. Las personas necesitan herramientas prácticas para manejar su día a día, y cuando se enseña con empatía, los resultados son profundos.
-Doctora, en la actualidad ofrece talleres sobre autoestima, manejo del estrés y prevención de ansiedad. ¿Cómo ha sido la respuesta y qué ha logrado deterninar?
-La respuesta ha sido muy positiva, especialmente en adultos y madres que buscan mejorar su bienestar y relaciones. Trabajamos con sesiones personalizadas, lo que permite adaptar los contenidos a cada realidad y promover reflexiones significativas. Y los resultados han sido por demás positivos.
El caso de los venezolanos
-Muchos psicólogos se centran en lo clínico. ¿Por qué usted prioriza la psicoeducación?
-Porque la prevención es tan vital como la intervención. Enseñar a identificar señales tempranas de malestar y a gestionar emociones difíciles empodera a las personas. La terapia reestructura pensamientos, pero la educación previene. Eso marca la diferencia.
-En sus espacios, integra espiritualidad con psicología. ¿Cómo lo aborda sin imponer perspectivas?
-Con absoluto respeto. Para quienes lo desean, incluyo reflexiones sobre esperanza, propósito y crecimiento interior como fuentes de fortaleza emocional. Se trata de acompañar el mundo subjetivo de cada persona, sin dogmas.
-Como venezolana radicada en EE.UU., ¿qué desafíos emocionales ve en la comunidad migrante?
-La adaptación, la incertidumbre y los duelos por la separación familiar son frecuentes. Muchos cargan con un dolor silencioso. Por eso insisto en ofrecer acompañamiento con sensibilidad cultural, además de talleres en espacios laborales y comunitarios.
-¿Las herramientas psicoeducativas pueden apoyar en casos clínicos?
-Sí, como complemento. No reemplazan la terapia, pero brindan claridad. Que un paciente diga «Ahora entiendo lo que me pasa» es un paso enorme hacia el cambio.
-¿Qué consejo daría a colegas que quieren incorporar la psicoeducación?
-Que empiecen con temas concretos: manejo de pensamientos negativos, comunicación asertiva. Usen ejemplos cotidianos y ejercicios prácticos. El aprendizaje es más efectivo cuando las personas se sienten involucradas.
-¿Dónde pueden contactarla los venezolanos que requieran su apoyo?
-Pueden contar conmigo a través del correo electrónico [email protected]. Ofrezco sesiones virtuales, programas grupales y acompañamiento personalizado para quienes buscan entenderse mejor y vivir con mayor equilibrio.
«Amar se aprende»
La doctora Tortolero, PHD en psicología, también ha editado varios libros, entre ellos Amar se aprende, que ha sido tan bien recibido, superando los 5.000 ejemplares vendidos en comunidades religiosas de Estados Unidos en poco tiempo.
-¿Sobre esa exitosa respuesta de la gente qué nos puede decir?
-Ha sido una experiencia profundamente gratificante. Escribí Amar se aprende con el deseo de ofrecer herramientas prácticas para mejorar las relaciones humanas, tanto en el hogar como en comunidades de fe. Ver que ha sido tan bien recibido y ha tocado tantas vidas en distintos contextos supera lo que imaginé al inicio.
-Su obra también ha sido utilizada en el ámbito educativo, como lo muestra una tesis doctoral en Andrews University que la tomó como base para desarrollar intervenciones contra el acoso escolar. ¿Por qué cree que su mensaje ha logrado conectar tanto en contextos religiosos como en entornos académicos?
-Lo que más me emociona es que el contenido del libro ha trascendido lo espiritual y ha llegado al ámbito educativo. Que una tesis doctoral en Andrews University lo haya utilizado como base para diseñar intervenciones contra el acoso escolar en comunidades hispanas es una señal clara de su relevancia. Creo que el mensaje conecta porque aborda una necesidad universal: aprender a amar de forma saludable. La combinación de fundamentos emocionales con principios de vida prácticos ha permitido que la obra sea útil tanto en iglesias como en escuelas.
La doctora María Begoña Tortolero nos agradeció por visibilizar estos temas y se puso a nuestra disposición para futuras entrevistas. Para finalizar envió un mensaje a los venezolanos en estos tiempos desafiantes para todos ellos: »Aunque parezca que nada ha cambiado tú cambias y eso ya lo cambia todo. Recuerda, la esperanza también se enseña y la luz también se hereda».