(09 de febrero del 2021. El Venezolano).- Al menos 740 venezolanos, muchos de ellos pertenecientes al Tren de Aragua, se han unido al Primeiro Comando da Capital (PCC) en Roraima, divulgó El País de España, en un trabajo firmado por Gil Alessi. Según un informe del gobierno brasileño de 2012 es la organización criminal más grande de Brasil, con casi 20.000 miembros, 6.000 de los cuales están en prisión.
“La cooperación extranjera no es nada nuevo: algunos paraguayos e incluso italianos, por ejemplo, tienen conexiones con el PCC. Pero el bautizo de los venezolanos muestra un fortalecimiento de los lazos entre el crimen organizado de ambos países”, señaló.
El testimonio de Cristian Alexis Graterol Cabello, otro venezolano denunciado, refuerza esta tesis.
La publicación indicó además que “el PCC se ha aliado con el grupo criminal Tren de Aragua, uno de los más importantes de Venezuela, que se dedica a la extorsión, los secuestros, los homicidios, el robo de vehículos y el tráfico de drogas y armas”, según informó InSight Crime.
Venezolanos en Brasil
“Los venezolanos bautizados no solo ocupan posiciones subordinadas dentro del organigrama del PCC en Roraima”, puntualizó El País.
“Graterol es un ejemplo de la confianza depositada por los delincuentes brasileños. Sucedió a Michel Mota Magalhães en el control de los puntos de venta de droga en el complejo residencial Vila Jardim, el barrio más importante de Boa Vista, la capital estatal”, agregó.
Otros tres venezolanos acusados han ocupado cargos estratégicos en la organización criminal: Carlos Geraldo Gonsales García, en el “sumario disciplinario”; Michel Joseph Touron en el “confinamiento del tabaco” (servicio del sector financiero de la facción) y Luis Adrián Mora Quijada, en el “tribunal de delitos” de la facción en Roraima, este último encargado de juzgar y ejecutar las sentencias en nombre del PCC.
Por la frontera
La Fiscalía reveló que los venezolanos entraron a Brasil por la frontera de Santa Elena de Uairén. La mayoría de ellos proceden de centros penitenciarios venezolanos controlados por facciones criminales.
El PCC se ha interesado en ellos por su experiencia como delincuentes.