(12 de marzo de 2019. El Venezolano).- La desidia y/o torpeza del régimen chavomadurista ha puesto en riesgo los protocolos internacionales de salud pública que obligatoriamente debe atender todo gobierno, tal y como lo establece la Constitución, a lo que se añade la negativa de ingreso del canal humanitario mediante el empleo de fuerzas y armamento utilizables solo en casos de guerra, como ocurrió durante el sábado 23/2 por las fronteras colombo-venezolana y con la de Brasil por Sta Elena de Uairén, por la aseveración de síndrome goebbeliano sobre una supuesta invasión a cargo del imperio enemigo (EEUU), solo por mantenerse en el poder y justificar erogaciones superfluas por la adquisición de material de guerra, chatarra, en buena medida, pagadero con petróleo y sin aprobación de la Asamblea Nacional. Paradójicamente, el gobierno puso en manos de los cubanos el SAIME, así como los cuerpos de seguridad e inteligencia.
Pero, como no podemos fungir de maula, toda deuda debe honrarse, entonces, el régimen, hambreando a la población la ha venido saldando, sin reparar en la desinversión para mantenimiento y ampliación de los servicios básicos.
Gracias a tal cumplimiento de protección a la soberanía, hoy por hoy, disfrutamos de una Venezuela a oscuras y sin suministro de agua potable y cantidad de pacientes fallecidos en lo que retóricamente ahora podríamos denominar salas de emergencia de los centros asistenciales, convertidas en morges ambulantes, aparte de los niños del J M de los RÍOS, adonde grupos de delincuentes uniformados impiden el acceso de los galenos y hasta de autoridades eclesiásticas, mientras los infantes fallecen por causas no atribuibles a su estado de salud, sino a la indiferencia criminal de un régimen indolente e ilegítimo, que le aguarda la CIJ.