(04 de mayo del 2020. El Venezolano).- La Cañada de Urdaneta es una locación bucólica de 2.073 km/2 de
extensión, paraíso de palmeras, samanes y ceibas, con tierras fértiles
con un clima propicio para la cría de ganado vacuno. Allí llegaron los
alemanes y se asentaron para comerciar el café que llegaba de las
tierras andinas. En ese
territorio forestal nació Humberto Fernández en 18 de febrero de 1924, hombre
que luego recibir el título de médico se convirtió en un científico
universal.
Humberto fue un niño curioso, sereno, disciplinado en grado
superlativo. Cursó estudios primarios en el Zulia, luego en la isla de
Curazao, en donde vivió a raíz del exilio que tuvo que padecer su
padre por estar en desacuerdo con los ideales políticos del Presidente
del estado Zulia de ese entonces; el general Vincencio Pérez Soto. De
vuelta al país, después de la muerte del general Juan Vicente Gómez,
Fernández Morán continuó sus estudios de bachillerato en el Colegio
Alemán de Maracaibo. En 1937, cuando aún no había concluido la
secundaria, fue enviado por su padre a Alemania; allí culminó la
secundaria en el Instituto Schulgemeinde de Sallfield. A los 16 años
ingresó en la Universidad de Munich, donde se graduó Summa Cum Laude
de médico, solo tenía 21 años de edad.
En 1946 Humberto Fernández Morán regresó a Venezuela y revalidó su
título de médico en la Universidad Central de Venezuela, UCV, en donde
cursó un postgrado en Medicina Tropical, el cual no pudo concluir,
pues fue becado por la Universidad de Princeton en los Estados Unidos
de Norteamérica. En esa casa de estudios superiores se especializó en
Neurología y tuve la suerte de conocer al sabio alemán Albert
Einstein, quien le recomendó que continuara sus estudios en Suecia,
donde posteriormente Fernández Morán se residenciará y estudiará
durante seis años; en el período de 1948 a 1954, en el área de física
y microscopía electrónica. En Europa tuvo la genial iniciativa
de crear el Bisturí de Diamante, su invento colosal. Por ello le
otorgaron el premio John Scott, convirtiéndose así en el primer y
único latinoamericano que ha recibido esta distinción científica de alto tenor.
En 1954 regresó a Venezuela y fundó, junto con otros científicos, el
Instituto Venezolano de Investigaciones Cerebrales, IVIC.
Designado director del IVIC, Fernández Morán estableció allí el
primer reactor atómico de América Latina y el primer centro científico
tecnológico del continente. Logró reunir una comunidad científica
interdisciplinaria que, atendiendo problemas de orden nacional y
regional, desarrolló programas de formación académica para
investigadores.
En 1957 regresó a Venezuela y fue designado Ministro de Educación,
pero fue expulsado del país luego del derrocamiento del gobierno del
general Marcos Pérez Jiménez el 23 de enero de 1958. Se residenció
nuevamente en los Estados Unidos, donde ejerció la docencia en la
Universidad de Chicago y concibió y desarrolló el Ultramicroscopio
Electrónico de Alta Resolución, un aporte realmente trascendental para
la ciencia. En esa universidad recibió la alta distinción de profesor
vitalicio.
En 1967 el sabio zuliano Fernández Morán recibió la medalla John Scott
por su Bisturí de Diamante. Al año siguiente, al regresar de su
vuelo espacial los astronautas del Apolo 11 con muestras del suelo
lunar, la NASA le confió el corte de esas muestras con el
extraordinario bisturí de diamante y lo designó investigador principal
en el programa lunar implementado por los Estados Unidos.
Los inventos científicos de Humberto Fernández Morán han abierto un
nuevo camino a la ciencia: la subminiaturización, la penetración de la
visión humana al nivel de las moléculas, de los átomos y de los más
reducidos cuerpos vitales de tejido humano. Por ello le propuso la
comunidad científica estadounidense candidatearlo al Premio Nobel y
hacerle el respectivo lobby, lo cual no aceptó, porque rechazó hacerse
ciudadano norteamericano. Prefirió permanecer como Venezolano ante
mundo científico. En 1985 volvió a Estocolmo; allí permanecería hasta
su muerte, la que ocurrió el 17 de marzo de 1999 víctima de un tumor
cerebral.
Humberto Fernández Morán es el máximo icono de la ciencia en
Venezuela, con un reconocimiento planetario, es una fuente de
inspiración para nuestros estudiantes, para los que sueñan con un
mundo mejor, desde el buen quehacer científico.