(31 de julio del 2020. El Venezolano).- Dos de los ocho estadounidenses detenidos en Venezuela han cambiado la cárcel por el arresto domiciliario, en el marco de las gestiones realizadas por el ex gobernador norteamericano Bill Richardson, que viajó a la nación caribeña para interceder por ellos ante el presidente venezolano, Nicolás Maduro.
«Gustavo Cárdenas y Jorge Toledo, de los seis (ejecutivos) de CITGO, han sido liberados de prisión y han obtenido el arresto domiciliario en Venezuela», ha anunciado el propio Richardson en Twitter.
El antiguo gobernador de Nuevo México se ha declarado «aliviado» por lo que considera un «importante primer paso» hacia la plena liberación de todos los ciudanos estadosunidenses apresados en Venezuela.
«Estamos agradecidos al presidente, Nicolás Maduro, y al vicepresidente Jorge Rodríguez por este gesto y por seguir implicados en este productivo diálogo sobre los estadounidenses detenidos», ha dicho.
El diplomático norteamericano viajó el 13 de julio a Caracas, «a petición de las familias de varios prisioneros estadounidenses», en una «misión humanitaria» para lograr su liberación, según informó el Centro Richardson.
Cinco días después, contó que se habría reunido con Maduro, «para discutir el estatus de los prisioneros estadounidenses y otros asuntos humanitarios relacionados con la COVID-19», pero que no había podido «asegurar» la liberación de los presos estadounidenses.
Los estadounidenses detenidos en Venezuela son seis ejecutivos de CITGO, la filial de la petrolera venezolana PDVSA en Estados Unidos –Cárdenas, Toledo, Tomeu Vadell, José Ángel Pereira y Alirio y José Luis Zambrano–, y los ex boinas verdes Luke Denman y Airan Berry.
La liberación más complicada es la de los dos ex boinas verdes, ya que fueron arrestados en el marco de la ‘Operación Gedeón’, un supuesto plan de la oposición para derrocar a Maduro con una intervención militar que habría derivado en una fallida incursión naval el pasado 3 de mayo en La Guaira.
MEDIACIÓN DIPLOMÁTICA
El Centro Richardson tiene como objetivo «promover la paz y el diálogo» en el mundo, «promoviendo la comunicación entre países con tensas relaciones diplomáticas», «proporcionando apoyo logístico para garantizar la entrega de ayuda humanitaria a poblaciones vulnerables» y «negociando la liberación de prisioneros y rehenes retenidos por regímenes hostiles y organizaciones criminales», de acuerdo con su página web
Richardson, ex embajador estadounidense en la ONU, ya ha ofrecido su «diplomacia informal» en asuntos relacionados con Cuba o Corea del Norte. En el caso del último país, consiguió la liberación de varios estadounidenses detenidos, incluido el estudiante Otto Warmbier, excarcelado en 2107 tras 17 meses de prisión, aunque murió días después de regresar a casa por graves daños cerebrales.
Las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos están rotas desde hace años. Maduro acusa a Washington de intentar lanzar una intervención militar en la nación caribeña para apoderarse de sus recursos naturales y la Administración de Donald Trump tacha al presidente venezolano de «dictador».
Pese a ello, Maduro ha ofrecido reiteradamente a Trump un diálogo basado en el respeto entre estados soberanos, mientras que Estados Unidos ha esbozado un plan para una «transición pacífica hacia la democracia» en Venezuela. De momento, ambas ofertas han sido rechazadas por sus respectivos destinatarios.
REPROCHES CRUZADOS
El secretario de Estado, Mike Pompeo, reiterado el jueves que Estados Unidos no tiene intención de sentarse a la mesa de negociaciones con Maduro. «Absolutamente no», dijo durante una audiencia en el Senado al ser preguntado por el jefe de la Subcomisión de Relaciones Exteriores, Marco Rubio.
El jefe de la diplomacia estadounidense quiso enfatizar que la política de la Casa Blanca en este sentido es «no negociar con él nada que no sea su salida como gobernante de ese país».
«Parece que el secretario Pompeo vive un poco desconectado de la realidad: No se ha dado cuenta que los que deben ir preparando su partida del Gobierno de ese país y planificando una transición son precisamente él y su jefe», le contestó en Twitter el ministro de Exteriores de Venezuela, Jorge Arreaza, haciendo referencia a una eventual derrota de Donald Trump en las elecciones presidenciales que Estados Unidos celebrará el próximo 3 de noviembre.
La posibilidad de reanudar las negociaciones políticas en Venezuela se ha planteado ante la reciente visita al país de una delegación diplomática de Noruega, país que ya ejerció de mediador entre el Gobierno de Maduro y la oposición que lidera Juan Guaidó en la última tentativa de diálogo, ocurrida en 2019 con Oslo y Barbados como sedes.