(14 de julio del 2019. El Venezolano).- Novak Djokovic se impuso a Roger Federer en la final de Wimbledon, en un ejercicio de resistencia extenuante (7-6, 1-6, 7-6, 2-6 y 13-12 en 4h y 55m), en el que tuvo que levantar hasta dos bolas de partido al resto en el quinto y definitivo set.
Supo sufrir Novak en un partido en el que tuvo que sacar todos sus recursos defensivos desde el fondo de la pista para resistir las acometidas de Roger Federer y conquistar su quinto Wimbledon. Un triunfo que llegó en el tie break del quinto set (7-3) y que supone su 16º Grand Slam, colocándose a dos de Rafael Nadal y cuatro de Federer en la carrera que mantienen los tres por ser el tenista más laureado de la historia.
El duelo comenzó vibrante. Federer atacaba, jugándose cada bola, y Djokovic resistía las acometidas del suizo con una formidable defensa desde la línea de fondo. Así se llegó hasta el tie break, donde el número uno levantó dos minibreaks y, a la primera bola de set de la que dispuso, se adueñó del parcial.
Pero la tensión del primer parcial pesó en el serbio, que se desconectó al iniciar el segundo set y entró en barrena. Lo percibió Federer, que siguió con su valiente estrategia y en un visto y no visto se puso 4-0 arriba. Aún tuvo tiempo para quebrar el servicio de Djokovic una vez más antes de apuntarse un set que ni luchó Djokovic, pensando en lo que quedaba por delante.
Lea También: Simona Halep conquistó Wimbledon por primera vez
El extraño desenlace del segundo parcial adormeció el partido. Djokovic elevó su nivel al servicio, pero era incapaz de leer el saque del suizo, por lo que ambos tenistas defendían volvieron a plantarse en el tie break. Ahí, se repitió el guion del primer set. El serbio aprovechó un par de errores de Federer para tomar ventaja y, a la primera bola de set, volvió a tomar la delantera.
Y en ese momento, volvió a sufrir otro apagón. Federer quebró su saque en el quinto y en el séptimo, y los gestos de contradicción aparecieron de nuevo en el rostro del serbio. Aunque en esta ocasión opuso algo más de resistencia, llegando a quebrar por primera vez el servicio de Federer, no pudo evitar que el suizo mandara el partido a la quinta y definitiva manga.
Entonces, llegó el drama. El último parcial se convirtió en un ejercicio de supervivencia que exprimió a ambos hasta el límite de sus fuerzas, tanto físicamente como mentalmente. Rompió Nole en el sexto, respondió inmediatamente Federer en el séptimo y la tensión se apoderó de la pista central de Wimbledon. En el decimoquinto juego volvió a romper Federer, que solo tenía que ganar su saque para levantar su noveno Wimbledon. Pero Djokovic es mucho Djokovic y no se iba a despedir así del grande británico.
Sin red, el serbio levantó dos bolas de partido y alargó la bendita agonía. Ambos tenistas entraron en trance y se evadieron de lo que les rodeaba para seguir brindando un espectáculo que pasa automáticamente a colarse entre los mejores partidos de la historia del tenis. Hasta el 12-12 se fueron, estrenando el tie break del quinto set, donde el serbio se terminó decantando la balanza por 7-3.
Con información de El País de España