(5 de marzo de 2019. El Venezolano).- Crisis humanitaria, hambre y miseria. Esa es la verdadera herencia de la llamada revolución bolivariana. Un legado de destrucción que a seis años de la muerte de Hugo Chávez, el 5 de marzo de 2013, solo se ha profundizado, cobrando la vida de miles de venezolanos.
Desde esa fecha hasta ahora, un hombre ha sido clave en la continuación del fracasado proyecto socialista: Nicolás Maduro, quien fue nombrado por el propio Chávez como su sucesor. «Si algo me ocurriera, elijan a Maduro como presidente«, dijo el fallecido mandatario en diciembre de 2012. Inició así la crónica de una muerte anunciada, de él y del país.
Cada 5 de marzo, la marcada división en la que se encuentra Venezuela se hace evidente. Mientras los afectos al régimen chavista-madurista lamentan su muerte, el resto de los venezolanos reprocha al difunto su responsabilidad de haber convertido a Venezuela en un Estado fallido.
«#6AñosDeAmorYLealtad Mi Comandante, a 6 años de tu partida, gritamos junto a tu Pueblo: Te Queremos Mucho, hoy más que nunca eres faro y guía, tu Pueblo y tus soldados te juramos que unidos Nosotros Venceremos!!», escribió en su cuenta de Twitter Diosdado Cabello, presidente de la fraudulenta Asamblea Nacional Constituyente (ANC) y considerado como número dos del chavismo.
Por su parte Pedro Urruchurtu, coordinador nacional de formación del partido Vente Venezuela, señaló: «Chávez vive en cada bala disparada, en cada avión lleno de despedidas, en cada muestra de odio y de resentimiento. Tampoco olvidemos que Chávez vive en cada cola por comida, en cada niño desnutrido, condenado al atraso o muerto por hambre; en cada muerte por falta de medicinas».