(15 de mayo del 2022. El Venezolano).- Quiero compartir con mi amada familia coriana, éste interesante e ilustrativo escrito, en especial para los más jóvenes, esperando que los motive, para cultivar y promover los valores históricos y culturales de nuestro gentilicio.
De Coro y para los Corianos.
Es triste escuchar voces nativas proferir irreverencias en contra de nuestro noble gentilicio. Sin ánimo de ofender a quienes piensan lo contrario no estaria de más recordar la célebre frase «Coro, raíz de Venezuela» del escritor, historiador y ex presidente de la República Ramon J. Velázquez. Y es así porque nuestra Venezuela tiene aquí su raigambre. La provincia de Coro tuvo su asiento en nuestra hidalga ciudad y por eso es que a todos los falconianos nos llaman «Corianos», muy a pesar de algunos ofendidos. Pero nuestra Falconianidad ha sido menguada, dejando a la intemperie a nuestros valores. Descuartizar el Estado una vez estuvo de moda, así algunos pretendieron desvincular a la península de su matriz.
Coro, habiendo parido un arsenal histórico ha sido relegado por propios y extraños. Nos dificulta reconocer nuestros orígenes Caquetios cuando basta cambiar de indumentaria para vernos en el espejo y reconocer que somos hijos de Manaure. Coro tiñe su cielo de colores de tarde para adornarlo con crepúsculos rojizos y naranjas, pero no, a otros se les ocurrió endosar ese hermoso cielo a otra bella Ciudad y los crepúsculos ya no son nuestros. Nuestro Sol amado, brillante y anaranjado, ese que engalana nuestro techo es solo icono natural de la bella Maracaibo. El cardenal, cuyo nombre «de pila» es el «Cardenal Coriano», es imagen de nuestro vecino del sur. Entonces un día, el gran Rafuche como un mago de la poesía crea nuestro segundo himno, «Sombra en los Médanos» en donde expresa el sufrir por su amada realzando a nuestro hermoso cují quien llora el dolor de su vida mustia, para entonces remarcar que aquí «los cujies lloran de dolor», desnaturalizado por demás su verso inmortal. Nuestra fauna también ha sido objeto de desprecio, fundamentalmente el chivo o cabra como le llaman en otros lares.
Pues el chivo o cabra en Canarias es referencia mundial y por eso es respetado por su aporte pecuario, igual que en Argentina, donde en Mendoza festejan anualmente «El festival Nacional del chivo». La fiesta del chivo también lleva por título una obra del escritor Mario Vargas Llosa y en México uno de los más populares equipos de Fútbol lleva por nombre «Chivas de Guadalajara» , su estadio lleva el nombre de Chivas y en cada desfile llevan a su mascota con orgullo. Solo aquí decimos o permitimos decir que Coro es un peladero de chivos (Aun cuando igual hay por bojote en Lara y en el Zulia) y lo caricaturizamos en tono de burla.
Asi nos olvidamos de los semerucos, datos y de la urupagua, del cocuy de penca, de los chuchubes, chirritas, cardenales y turpiales, del dulce de leche, la arepa pelá, la natilla y del queso de cabra, del celse y el escabeche. Nos olvidamos que las mejores playas de Venezuela están en nuestro Parque Nacional Morrocoy, que nuestra Sierra fue testigo del primer grito libertario en el país, que sus cascadas, cuevas, haitones están inmersas de duendes y aparecidos; que las especies del cerro Santa Ana son únicas en el mundo, que Judibana fue la primera heroína Venezolana, que desde Los taques zarpó el Almirante Padilla para la batalla naval del lago y que el punto más septentrional de Venezuela es el Cabo San Roman; que Capatárida fue la capital del gran Estado Falcón-Zulia , que Bolivar recorrió San Felix, Casigua, Borojó, Capatárida, Zazarida y Mitare antes de llegar a Coro en su periplo para disolver a La cosiata y que en Occidente se realizó la batalla de Purureche para sellar la Federacion; que Urumaco es el yacimiento paleontológico más importante de Venezuela y de gran renombre en suramerica; que en Chichiriviche se realizó el primer combate entre nativos y Españoles antes de llegar al coquivacoa, que había un majestuoso tren propiedad de los Bolívar que recorría Boca de Aroa y Tucacas y fue el primero de Venezuela y América del sur; que Miranda ondeó por vez primera nuestro tricolor patrio en La vela, que los descubrimientos de Taima taima derrumbaron la teoría de que el hombre llegó por el estrecho de Bering hace 10 mil años, que en Puerto Cumarebo se llevó a cabo la batalla de El tanque, poco tiempo antes para sellar el triunfo de Carabobo, que la última navidad de El Libertador en Venezuela fue en Pueblo Cumarebo, que Coro es Ciudad de Médanos y leyendas, es raíz de Venezuela, primera capital y cuna de la federación.
Pues si, razón tiene el profesor Tito Guerra en lanzar su frase «Coro quiere gente que la quiera»; pero Tito aún cansado en su andar divulga el amor por su tierra lo que también sé, otros paisanos han venido haciendo. Necesitamos generación de relevo para reforzar la obra de estos ilustres paisanos y otros cuyos nombres que no he podido reflejar, hombres y mujeres orgullosos de su estirpe, de Coro y Paraguaná, de La sierra, de Oriente y Occidente; todos hijos de José Leonardo, María Anastacia Perón, Josefa Camejo, Esther de Añez, Polita y Virginia Gil, de “Rafuche”, “Paché” Vargas, Guillermo De León calles, Juan Crisóstomo, Tirso Salavarría y del indio Manaure. Anónimo