(14 de junio del 2019. El Venezolano).- La gestión de Iris Varela como ministra para Asuntos Penitenciarios no ha solucionado la crisis que se vive en el sector carcelario del país, en donde los pranes mandan y el hacinamiento mata.
El desastre es tal que los presos venezolanos pasan hasta tres años recluidos en calabozos de comisarías en donde la estadía debe ser breve mientras inicia el proceso judicial, denuncia el Observatorio Venezolano de Prisiones.
Los presos tienen control total en las prisiones y son los que deciden si los nuevos reclusos entran o no al penal, desautorizando a todos los tribunales.
La muerte es una habitante permanente en estos centros que deberían estar diseñados para rehabilitar al delincuente y no para condenarlo a un pozo séptico de criminalidad. Durante el primer trimestre del 2019, 31 muertes fueron detectadas en los calabozos policiales, de las cuales 12 han sido de forma violenta.
Las causas van desde disparos, estrangulamientos, uso de armas blancas y golpes y los suicidios no escapan. Es el reflejo de la anarquía que reina ene estos lugares, violando los derechos humanos.
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A esto se suman 17 presos que murieron por un delicado estado de salud, enfermedades renales y otras como la hepatitis y la tuberculosis, pululan con libertad.
OVP ha constatado que en todo el país se repite la misma situación en los calabozos de las policías nacionales, regionales, municipales, del Cicpc y GNB, Sebin, Dgsim, en cada uno están alrededor de 200 o 300 personas recluidas cuando son sitios con capacidad para 20, 30 o hasta 50.
Humberto Prado, coordinador general de OVP indica que en cada calabozo policial las situaciones de convivencia son inhumanas los presos deben dormir parados, sentados, sus necesidades las hacen en bolsas, potes, no tienen acceso a las duchas libres, no salen a tomar el sol, debido a ello se les nota una piel amarillenta y además se registran muchas enfermedades en la piel.
Las visitas aunque son semanales escasamente son de 15 minutos o hasta de 5 minutos, tiempo insuficiente para compartir con sus familiares. Prado también indica que la alimentación va por cuenta del familiar y por lo que ha constatado el OVP en cada sitió más del 60 % no recibe alimentación diaria, incluso hay presos que ni siquiera tiene una familia que vele por ellos y por lo tanto no reciben alimentos y es allí cuando vienen las muertes por hambres o los quebrantos y cuadros de desnutrición que hacen vulnerables a los presos para que contraigan alguna enfermedad.
OVP: Infografía Calabozos P… by on Scribd