(30 de agosto del 2019. El Venezolano).- La Policía Civil del estado de Pará, en el norte de Brasil, identificó este jueves y arrestó a tres sospechosos de provocar incendios en áreas de preservación de la selva en esa región de la Amazonía, el pulmón del planeta y que sufre por estos días con el fuego natural y premeditado.Según comunicó la institución, agentes policiales cumplieron este jueves diversas órdenes de captura y allanamiento en el marco de la operación ‘Labaredas’ en el municipio de Sao Félix do Xingú, en el sur del amazónico estado.
De acuerdo con el comisario José Humberto Melo, dos hermanos que son dueños de la hacienda Ouro Verde y el gerente de la propiedad, localizada dentro del Área de Protección Ambiental Triunfo do Xingú, fueron arrestados, acusados de incendiar 5.000 hectáreas de selva.
Durante el operativo policial, que tenía como objetivo dar con los incendiarios sospechosos, fueron encontrados en la hacienda trabajadores en condiciones análogas con la esclavitud y un revólver sin salvoconducto.
Los sospechosos van a responder ante la Justicia por los cargos de daños al medioambiente, polución, incendio y asociación criminal.
Las autoridades también cumplieron órdenes de allanamiento en otras haciendas de los sospechosos en el estado de Goiás (centro), informó EFE.
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Los investigadores sospechan que el trío habría pagado a unos cincuenta hombres para derribar 20.000 hectáreas más de selva próximas a la propiedad.
El caso es uno de los tantos aislados en los que la Policía local de los estados amazónicos buscan encontrar a los responsables de los miles de focos de incendio que se propagaron en los últimos días por la Amazonía y concitaron la atención internacional.
Las acciones del Gobierno de Brasil para frenar las llamas en la Amazonía continuaron este jueves con la prohibición del uso de fuego para preparar las tierras para las siembras, una decisión que se extenderá por un período de dos meses.
Aunque la tala y quema de los terrenos en la Amazonía está permitida bajo determinadas normas, y es una práctica común, usada hasta por los indígenas, la medida busca evitar que surjan nuevos focos de incendio, en momentos en que las autoridades empiezan a controlar las llamas.