(23 de septiembre del 2020. El Venezolano).- Las elecciones presidenciales estadounidenses son, de lejos, los comicios más caros del mundo.
A través de un reportaje de la BBC se conoció que en el 2016, los dos candidatos de ese entonces, Donald Trump y Hillary Clinton, gastaron en total US$1.800 millones.
Este año, Trump y su nuevo rival, Joe Biden, probablemente gastarán más.
Pero, ¿quién paga la cuenta? La respuesta es compleja.
Por una parte, ambos candidatos alardean de que miles de estadounidenses comunes y corrientes financian su campaña con pequeños aportes de US$10 o US$20 cada uno. Lo cual es cierto.
Así como también es cierto que cientos de multimillonarios entregan enormes donaciones a sus campañas, ejerciendo gran influencia en la elección del hombre más poderoso del planeta.
Contribuyentes grandes y chicos
La Comisión Electoral Federal (FEC, por sus siglas en inglés), la organización gubernamental que supervisa las elecciones en Estados Unidos, asegura que hasta el 22 de septiembre, las contribuciones totales a las campañas presidenciales durante el ciclo electoral de 2020 llegan a la cifra record de US$3.155 millones, tal como indican los datos consultados por BBC Mundo.
El multimillonario demócrata Mike Bloomberg es el político que más fondos recaudó para la campaña de 2020, aunque ya no está en la pelea.
De esta suma, US$1.072 millones son donaciones individuales de menos US$200
Hay que recordar que las donaciones directas a los candidatos están muy limitadas por las reglas electorales que imponen estrictos topes monetarios y muchos requerimientos de transparencia a la hora de reportarlos.
Pero hay un camino adicional por el cual llega el dinero privado a los candidatos sin tantos controles.
Viene por cuenta de los Comités de Acción Política (PAC, o Super-PAC por sus siglas en inglés), un tipo de organizaciones de recaudo de fondos para causas políticas, que en principio deben guardar cierta independencia frente a las campañas electorales de los candidatos individuales.
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Por ejemplo, un millonario republicano que ya alcanzó los topes máximos legales para las donaciones a un candidato específico, puede en cambio donar mucho más dinero a un Super-PAC de orientación conservadora.
Esta organización, el Super-PAC, no puede trabajar directamente y totalmente con el candidato, pero puede defender ideas conservadoras y pagar por comerciales de televisión con ideas afines a las suyas.
Los Super-PAC, por estar sujetos a menos reglas, son las que canalizan parte importante de los recursos de los magnates a las causas políticas de su preferencia.
En este ciclo electoral ya han recaudado US$1.418 millones, según datos de la FEC citados por un informe del Center for Responsive Politics, una ONG estadounidense.
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