(13 de mayo del 2019. El Venezolano).- Juan Guaidó sigue preso de la equivocada agenda establecida por el «Estatuto para la transición a la democracia» de la Asamblea Nacional, que manda que primero debe salir el dictador para que haya presidente encargado y gobierno de transición. Mientras la oposición se asfixia en tal acto de miseria, la dictadura aplica la estrategia de «fuerza-terror-resistencia» que mantiene 60 años en el poder al régimen de Cuba. Guaidó no puede seguir sin ejercer sus responsabilidades como Jefe de Estado, Comandante en Jefe y Jefe de Gobierno, debe organizar y liderar un gobierno de liberación de Venezuela.
El respaldo internacional para que el pueblo de Venezuela recupere su libertad y democracia es extraordinario, pero no es suficiente. Son necesarias iniciativas políticas internas, claras y sostenidas con el objetivo estratégico de retirar del poder al dictador y desmantelar la dictadura.
Deben caer el dictador y la dictadura, porque retirar a Nicolás Maduro y tranzar cualquier forma de sobrevivencia del sistema es una trampa que el usurpador guarda como recurso.
En la lucha contra el sistema castro-chavista de delincuencia organizada transnacional, Venezuela enfrenta un enemigo poderoso, decidido a todo y con experiencia.
En cambio, los luchadores por la libertad han dejado clara su debilidad de no estar unidos y no tener mando único, porque no reconocen a Guaidó como presidente encargado y no tienen ni gobierno, ni plan que vaya mas allá de las movilizaciones populares y de los heroicos sacrificios personales. Una suerte de asambleísmo con un presidente de la asamblea al que el pueblo y la comunidad internacional creen presidente encargado.