(17 de septiembre del 2019. El Venezolano).- Bajo un hermetismo absoluto por parte de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) se mantiene la detención de la joven colombo venezolana Michelle Stefany Peñalver López, quien fue detenida el pasado domingo 15 de septiembre cuando trató de sellar la salida del país en la fronteriza población de San Antonio del Táchira. La estudiante de comunicación social es hija de uno de los militares detenidos el pasado 30 de abril por “traición a la patria”.
Un llamado de ayuda al presidente de Colombia, Iván Duque, y a la cancillería de ese país, hizo Jenny López, madre de la joven que se encuentra en la etapa final de la carrera en la Universidad de Los Andes Táchira, quien fue detenida el pasado domingo 15 de septiembre mientras intentaba sellar en las oficinas del Saime la salida del país.
“Mi hija es una ciudadana colombiana secuestrada en Venezuela. Ella tiene nacionalidad colombiana, cedula y pasaporte de ese país, además de un record de trabajo en ese país”, agregó López, quien también posee la nacionalidad del país vecino.
Conmovida, desesperada y angustiada ante la incertidumbre de no conocer el paradero de su hija, teme que “le pueda ocurrir lo peor”.
La joven de 25 años de edad que está desaparecida es hija del Coronel de la Guardia Nacional Ramón Alì Peñalver Vásquez, quien está detenido por traición a la patria desde el pasado 30 de abril, cuando un grupo de oficiales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) participaron en la Operación Libertad, dinámica impulsada por el presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, que busca generar de forma democrática un cambio político en el país, informó El Estímulo.
Prohibición de salir del país
Relató la madre de Peñalver que al momento de la detención los funcionarios del Saime alegaron que no le podían sellar el pasaporte porque tenía prohibición de salida del país. Luego de seis horas de espera una comisión del Dgcim la trasladó desde San Antonio a San Cristóbal.
No fue sino hasta las 11:40 de la noche del pasado domingo cuando Jenny recibió una llamada de un teléfono fijo. La voz del otro lado del auricular era la de Michelle.
“La voz de mi hija no era normal, se escuchaba quebrada, hablaba como cuando la tienen bajo presión. Me dice que se encuentra bien, me pide que me tranquilice. Que le diga a mi mamá que ella está bien. Dijo que esperaban un reporte que entregarían el lunes en la mañana y supuestamente pronto estaríamos juntas. Me dijo siempre que estaba bien ante mis preguntas si había sido maltratada o torturada. Un minuto treinta segundos duró la llamada (…) le dije que la amaba mucho y así terminó la llamada”, comentó.
Múltiples e infructuosas visitas realizó la madre de la joven a la sede de la Dgcim ubicada en el sector Las Lomas, lugar donde se encontraba detenida Peñaranda hasta la tarde del lunes 16 de septiembre.
Le llevó alimentos pero nunca permitieron verla, ni ningún tipo de contacto personal entre madre e hija, ni siquiera con los abogados. Tampoco fue notificada de las razones de la detención.