(30 de octubre del 2024. El Venezolano).- El cierre de campaña de Donald Trump en el Madison Square Garden recordó tristemente que el racismo y la xenofobia persisten en muchos rincones de Estados Unidos.
Por: José López Zamorano
Durante el evento, los comentarios discriminatorios hacia Puerto Rico y los migrantes fueron claros y alarmantes. Estos discursos de odio, además de ser moralmente inaceptables, perpetúan estereotipos perjudiciales que afectan a comunidades enteras.
El desprecio hacia Puerto Rico —cuyos habitantes son ciudadanos estadounidenses— muestra una preocupante ignorancia y falta de respeto en un evento de esta magnitud. No es la primera vez que esto ocurre; lo vimos en la respuesta oficial hacia la isla en momentos de crisis y desastres naturales.
Es doloroso que, bajo el disfraz del humor, se cuestione la identidad y los derechos de los puertorriqueños, quienes han contribuido al desarrollo cultural, social y económico de EE.UU., e incluso servido en las Fuerzas Armadas, defendiendo un país que a veces los trata como extranjeros.
La congresista María Elvira Salazar respondió al comediante Tony Hinchcliff: “Esta retórica no refleja los valores republicanos. Puerto Rico mandó más de 48,000 soldados a Vietnam… Ese valor merece respeto. Edúcate”.
La reacción de figuras boricuas como Bad Bunny, Jennifer López, Marc Anthony y Luis Fonsi —quienes juntos suman más de 300 millones de seguidores— fue completamente apropiada.
Aunque la campaña de Trump se distanció de los comentarios del comediante, no lo hizo hasta que la indignación se volvió viral, demostrando lo fácil que resulta para algunos sectores desvalorar a nuestras comunidades y reducir la migración a una simple excusa para infundir miedo.
Estos discursos de odio no deben normalizarse. Líderes y figuras públicas tienen el deber de promover una sociedad respetuosa. Es hora de que Estados Unidos reflexione y rechace la intolerancia, reconociendo la diversidad que lo enriquece.
La indiferencia no es una opción. Debemos alzar la voz contra el racismo y la xenofobia para evitar que estos discursos continúen dividiendo el tejido social.
La buena noticia es que nuestro voto es nuestro poder. Este 5 de noviembre, los votantes podrán decidir entre una visión de supremacía o un futuro inclusivo y respetuoso, donde todos seamos tratados con dignidad, independientemente del color de nuestra piel o lugar de origen.