(22 de noviembre del 2020. El Venezolano).- Cínica, procaz e inmoralmente de parte del régimen y sus personeros la cantinela reiterada sobre sus fallas a causa de las puniciones, propuestas, adrede, por sus reacios a países de relaciones muy antiguas y consolidadas con Venezuela, tales como EEUU y los de la CE, dizque a fin de impedir su efectividad (¿?) como jamás gobierno alguno la había ofrecido; especie de delirium tremens o paranoia que se manifiesta en personalidades de desenvolvimiento difícil o casi nulo ante realidades de envergadura, tal y como lo exige la conducción sana y acertada de una nación. Pero, no a manos de estos seudolíderes, cuyo malestar se complica por un cierto trastorno obsesivocompulsivo que les causa una final adversa en las parlamentarias, sobre lo cual actúan, irreflexivamente, mediante sumas cuantiosas de bonificaciones lisonjeras para una población que siente los efectos de aberraciones de políticas erráticas que han venido desconcertando, gradualmente, a los más débiles, como los indígenas, a quienes lograron conquistar y encandilar tras el madruganazo de aquel “POR AHORA” , fallido, sepultado y caído por su propio peso desde el propio instante de concebirse, pues su objetivo primordial era la cesión de nuestros recursos para el tramado de esa herejía moderna de socialismo comunismo (exportar la revolución), que Bolívar ni Jesús, aunque defilosofías equitativas ambos, jamás conocieron ni llegaron a pensar algo similar.
Por tanto, más que las normas (muletilla injustificable) ha sido la incuria de
un equipo de gobierno incapaz de afrontar los retos que plantea una
nación, como cualquier otra, que no escapa a la vorágine desafiante de la
dinámica mundial, rarificada, hoy día, por las ínfulas de las grandes
potencias y la COVID-19.