(16 de enero del 2025. El Venezolano).- Desde los tiempos de la campaña electoral de 1968 cuando era un joven militante del Partido Comunista y nuestro candidato presidencial a través del Movimiento Unión Para Avanzar (UPA) lo era el Orejón Prieto, comencé a sentir una especial admiración por el Gran Maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa.
Escrito por: Douglas Zabala
Hoy, con profunda emoción y respeto, haré un aparte de la diatriba política, para mostrar mi satisfacción por el homenaje que se le ha hecho al Maestro Prieto, quien ha sido un haz luminoso en el camino de la educación y el pensamiento crítico en nuestra Venezuela contemporánea. Su legado, forjado a través de la lucha por una educación inclusiva y de calidad, resuena en cada rincón de nuestra patria.
Prieto Figueroa no sólo fue un destacado educador y político, sino también un defensor incansable de los derechos del pueblo. Su compromiso con la justicia social y su visión progresista lo llevaron a ser un referente para varias generaciones. Su paso por la política, como candidato presidencial en 1968, fue una muestra de su valentía y convicción.
“En la vida democrática, el cambio es lo característico, y la educación debe preparar a las generaciones para adaptarse cada día a los cambios sucesivos». De este tenor era el concepto y la filosofía mantenida en toda su vida pública, sobre el rol de la función de educar como base fundamental para la defensa del sistema democrático, por quien se ha ido a morar con nuestros héroes patrios.
Ahora, al ser trasladados sus restos al Panteón Nacional, se une a la inmortalidad junto a otros grandes patriotas como Simón Bolívar. Su memoria vivirá eternamente en nuestros corazones y en la historia de Venezuela.
Que su ejemplo nos inspire a seguir luchando por un país más justo y donde en primer término se respete el derecho a la soberanía popular y demás libertades conquistadas y preceptuadas en nuestra Constitución Nacional. Prieto en el Panteón será otro faro luminoso para el país que nos merecemos.