(12 de enero del 2021. El Venezolano).- El populismo no es otra cosa que malgastar la riqueza bien producida de las naciones con el fin de comprar conciencias políticas. Nada bueno conlleva convertir todo el ahorro en gasto corriente improductivo, y eso lo demostraron Perón en Argentina, Velasco Alvarado en Perú y Getulio Vargas en Brasil entre otros ejemplos no menos importantes de América Latina, países que cargan por décadas la maldición de haber usado esa política pública que, por cierto, siempre ha estado impregnada de tufo comunista, nazi o fascista y ejecutado por los verde oliva y sus bayonetas caladas.
Es la historia de la destrucción de las naciones, la pobreza mental ideologizada usando el poder para producir primero, pobreza económica general y luego miseria personal colectiva. Hora terrible esta que se apropió de Venezuela.
A la revolución no le importa el país ni su gente, tampoco solucionar el problema que de sencillo los devela barbaros, menos generar políticas que nos saquen de la miseria por una sola razón, viven de ella. Los revolucionarios son depredadores de humanos en masa, y eso tampoco es nuevo, Stalin, Mao, Pol Pot y Fidel Castro lo dejaron muy claro para la historia.
Enemigos públicos
Con la mentira del 6 de diciembre se creen consolidados, y el que lleva las facturas públicas del régimen se lució sacando la garra contra los medios de comunicación. Allanamientos, saqueos de equipos, cierre de empresas y hackeo de señales digitales dejan el putrefacto olor añejo de la Nicaragua con Somoza.
La aparición de los celulares con cámaras e internet y redes sociales en línea en manos de más del 60% de la población del mundo, cambiaron la percepción global de las cosas en tiempo real, ello representa un fiel enemigo de las mentiras y medias verdades, las comunicaciones de ahora se la ponen compleja al poder, sea cual sea.
Anteriormente para los dictadores era fácil ya que siempre quedaban dudas sobre los desaparecidos, muertos y torturados, y cuando se investigaba años después los desmanes de cada régimen, venían los asombros con el “yo no fui” y el “yo no sabía”, por cierto no todos pagaron sus delitos, sino averigüen donde murió Idi Amin; ahora todo es en vivo y directo, de allí que la caterva revolucionaria haya evolucionado, de perseguir y apresar a fotógrafos, camarógrafos y periodistas a destruir e incautar equipos y borrar sus memorias. El régimen convirtió en delincuentes a los profesionales de la información. Pero es inútil, porque ya su historia está ilustrada y contada. No así en su momento la de los pares africanos: Obote, Bokassa y Mobutu Sese Seko, etc. Con esta última arremetida pierden el tiempo, el mundo lo sabe.
Macro economía pura y dura
El banco Mundial proyecta un leve crecimiento orgánico de al menos 4% de PIB en medio de un recrudecimiento del virus chino y con una variación desconocida de la cepa; el mundo busca sobrevivir rápidamente a los efectos brutales de la pandemia, el retroceso para algunos países desarrollados en materia de empleo y poder adquisitivo fue de más de 10 años, sin embargo todo dependerá en el 2021 de tres factores: la aplicación masiva de la vacuna y el aumento del trabajo virtual y la inversión privada. Indispensables. La amenaza del tamaño de la deuda mundial en default hace peso en contra de los países industrializados, porque usaron parte de sus ahorros para evitar el desplome total de sus economías y de sus mercados bursátiles, y aunque no fue suficiente no naufragaron. Los grandes demostraron que la política de subsidios directos cuando hay mega crisis es acertada.
En el medio. La línea de hogares vulnerables de los países no industrializados se triplicó en el mejor de los casos, y si las economías emergentes -países BRICS- no se enserian con políticas publicas creíbles y sostenibles, serán peso muerto para la recuperación de la normalidad por su demanda de recursos y poca disponibilidad para pagos.
Por debajo. Las economías populistas ponen en hombros de los países serios el peso de la migración desbordada. El frágil equilibrio que se había logrado después del crack de 2008 no existe, el desbalance opera con impunidad en casi todos los países irresponsables, el mayor efecto lo tendrán los que se comieron sus reservas anticipadamente en gasto improductivo y ahora no saben cómo seguir ofreciendo lo que no tienen ni como crear riquezas con mas endeudamiento.
América latina y el África Subsahariana llevan todas la de perder. A el poder enfermo le sale game over. @mcarrillodeleon