(17 de octubre del 2019. El Venezolano).- La actividad política venezolana durante este 2019 ha sufrido repuntes y caídas desde que el fenómeno Guaidó se hizo evidente. Marchas, discursos, giras, sanciones y acuerdos han afectado a todos los bandos políticos que se desempeñan en este campo de batalla, sin embargo, para algunos el panorama está «detenido».
El politólogo Luis Salamanca en entrevista para El Venezolano News es enfático al decir que el chavismo, la oposición y los otras figuras políticas se encuentran en un «stop» que no debe ser interpretado como un estancamiento, por el contrario, detalla que todos continúan fortaleciendo sus posiciones.
De lado y lado se han ejecutado jugadas cruciales, pero el experto detalla que en el caso del presidente interino, Juan Guaidó han disminuido. Eso no significa que haya perdido facultades. Por ende define por bando cada situación.
Oficialismo
«Maduro está estacionado esperando el 5 de enero, para ver si termina de desbancar a Guaidó de su puesto de líder. Si logra desbancarlo desaparecería el liderazgo de Guaidó, el cual le hace peso político». detalla.
Por otra parte, saca a relucir a la llamada oposición minoritaria o moderada, Salamanca, prefiere llamarlos «los falconianos», porque en este grupo conformado por Timoteo Zambrano, Felipe Mujica, Javier Bertucci y Claudio Fermín destaca el excandidato presidencial, Henri Falcón.
Dicha coalición esta sirviendo como mecanismo para desajustar a la oposición mayoritaria, conformada por los partidos más importantes, el G4.
El tema de las elecciones es el as bajo la manga del gobierno. No pueden hacerlas de modo democrática. «Corre el riesgo de perderlas». Pero la intención de realizarlas sigue estando ahí, por lo que guardan las fechas como una joya de valor. «Lo revelarán cuando menos lo esperen, para hacer un factor sorpresa que le quitaría carácter democrático».
Oposición
La coalición de Guaidó está a la espera de los demás efectos que puedan generar las sanciones impuestas por la administración Trump y la Unión Europea, que han cercado al madurismo al punto de entorpecer sus jugadas, aunque Salamanca hace hincapié en que los pocos aliados que tienen son poderosos (China, Turquía y Rusia).
Por otra parte, está la idea de un desplazamiento de lealtades por parte de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana hacia su bando. «Pero es un movimiento que debe ser institucional y no de individuales».
Sin embargo, explica que el equipo Guaidó también está a la espera de cualquier otro evento posible, tomando en cuenta la volatilidad de la nación.
La sociedad
Por desgracia, la oposición se encuentra en una posición por debajo del chavismo en factores de poder. Si bien, Guaidó y su equipo han movido piezas cruciales, el poder lo sigue manejando Maduro, quien a su vez maneja a la FANB.
Pero, la ansiedad del pueblo venezolano es un obstáculo por las carencias que sienten y que empeoran día a día. Salamanca la compara con la sociedad previa a 1945, mientras que destaca que los únicos que gozan de comodidades son las esferas políticas de ambos lados, recordando la figura de la «oligarquía».
«La perspectiva de un colapso es muy alto y es una variable también de tema político, no social. Sin embargo, no hay que descartar. Sociedades metidas en un callejón sin salida llegarán al punto de desesperación produciendo violencia social muy fuerte», expresa.
Este callejón se estrecha gracias a la inflación actual que según datos de la Comisión de Finanzas de la AN es de 3,326% en lo que va de año, además con un salario mínimo recién reajustado, es poco lo que se puede comprar porque equivale a 15$ y los procesos hiperinflacionarios continuarán debilitando el poder adquisitivo del pueblo.
Mientras tanto, el gobierno trata en lo posible de maniobrar y mantener a ese pequeño grupo que aún es fiel a ellos, Salamanca estima que cerca de 15% de la población.
Esa estrechez en el callejón eleva las incertidumbres porque los meses pasan y no se concreta el llamado cese de la usurpación del que Guaido habla desde enero y que devolvió la esperanza y unificó a la oposición nuevamente.
«Los regímenes autoritarios y dictatoriales como este, producen en la vida política la desaparición de la certidumbre, de cuándo y cómo va a cambiar el gobierno a cargo. Se sabe cuando ellos entran, pero no cuándo salen, típico de las dictaduras. En la historia de Venezuela hay una incertidumbre casi completa; congénita sobre el cuando salen esos gobernantes. A Chávez lo sacó la muerte y el podía decir, mira gané elecciones, pero Maduro no puede decir lo mismo porque hay dudas que ellos no quieren responder».
La realidad es que la óptica del pueblo se ensombrece, pero Salamanca explica que el deber de Guaidó es transmitir que hay una lucha en todos los terrenos y que la oposición se mueve en un amplio espectro de opciones para conseguir el cese de la usurpación, aunque este no tenga una fecha delimitada. Lo que si está claro es que cada posición política está esperando el movimiento del otro para volver a atacar.