(23 de julio del 2019. El Venezolano).- La primera votación para la investidura del candidato a la presidencia, Pedro Sánchez, se ha saldado este martes con 124 votos a favor, muy lejos de los 176 que hubiera necesitado para ser elegido presidente del Gobierno.
A los 123 votos socialistas solo se unió el del diputado del PRC, José María Mazón. El resto de la Cámara se ha decantado por la abstención y los noes: 52 abstenciones y 170 noes. Las abstenciones fueron de Unidas Podemos, PNV, Compromís y Bildu. Los noes fueron del PP, Ciudadanos, Vox, ERC, Junts per Catalunya, Navarra Suma y Coalición Canaria. Unidas Podemos, finalmente, se abstuvo como gesto de buena voluntad para continuar la negociación. La única sorpresa de la votación la ha protagonizado el voto telemático emitido por Irene Montero, que había solicitado esta modalidad por su avanzado estado de embarazo. Montero ha votado no, en contra del criterio de su grupo. La portavoz de Podemos emitió su voto a las nueve de la mañana, aunque, según el reglamento del Congreso, podría haber esperado hasta una hora antes del inicio de la votación, informó El País.
La mayoría de los grupos han reprochado a Pedro Sánchez que no se haya esforzado y dedicado más a la negociación para convencerles de que apoyaran la investidura. Con o sin negociación las posiciones de los grupos no se han movido de las inicialmente previstas, al menos, para esta primera ronda. La votación se repetirá este jueves con el objetivo de Sánchez de conseguir más síes que noes y que salga la investidura. Todavía no hay garantías.
En la jornada de la primera votación, el protagonismo lo han tenido los representantes de los partidos independentistas catalanes, aunque con matices diferenciadores entre ERC y Junts per Catalunya. Ambos han votado no.
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“Siempre se olvida, señora Borràs, de la mitad de los catalanes. Usted no reconoce la legitimidad del Estado; usted no reconoce a los partidos que no son nacionalistas, y desde luego no reconoce al PSC”, ha señalado Pedro Sánchez a Laura Borràs, portavoz de Junts per Catalunya a modo de reproche severo. De este debate de investidura emerge con toda claridad que Sánchez, sea presidente en funciones o en plenitud, no permitirá que se incumpla la ley. “Lo que ha pasado en Cataluña, ya le adelanto señora Borràs que no volverá a ocurrir”, ha continuado Sánchez en un tono que no cabe duda de lo que encierra. Si tiene necesidad de aplicar el artículo 155 lo hará para defender “la soberanía nacional y la integridad territorial”.
La portavoz independentista ha reprochado a Sánchez que no hubiera respetado al presidente de la Generalitat, Quim Torra. No se ha dado por aludido Sánchez, quien ha recordado las reuniones con Torra que tantas críticas le han valido “de la derecha”. Su respeto institucional siempre lo tendrá, ha dicho.
El debate con Gabriel Rufián, ha ido por otros derroteros. “No se puede imponer la república ni la autonomía con el 50% en contra, estamos condenados a entendernos”, ha reconocido Rufián, muy en línea con su antecesor, Joan Tardà, a quien ha rendido homenaje. No por parte de Borràs, pero sí de Rufián, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han recibido la recomendación de que lleguen a un acuerdo. «¿Por qué es mejor una abstención del PP y Ciudadanos a que el señor Iglesias se siente en un ministerio? ¿Señor Iglesias por qué es mejor darle una oportunidad a los trillizos a que se siente usted en un ministerio?”. Mejor entenderse que “jugar a la ruleta rusa y dar una oportunidad a Casado, Rivera y Abascal para que lleguen a La Moncloa”, ha concluido. Al acuerdo también les han instado Joan Baldoví de Compromís y Aitor Esteban del PNV.
Además de Cataluña, esta ha sido la jornada de las reivindicaciones territoriales. El PNV ha votado “una abstención constructiva”, según definición de Aitor Esteban, que se muestra favorable a trabajar durante la legislatura para temas nacionales y específicamente del País Vasco. La representante de Bildu, Mertxe Aizpurua mostró su disconformidad con la marcha que lleva la reforma del Estatuto de Gernika, aunque anunció su abstención para evitar la llegada de las tres derechas.