Caiga Quien Caiga
Para la opinión pública en especial, quizá el tema ya no ocupa un sitio preferente. Insistimos en ello, porque este tipo de conflicto permanecen largo tiempo en la vida de los actores participantes.
También hay mucho público en los Estados Unidos fundamentalmente, afectado.
Se sienten que perdieron un juego y no lo vieron.
Empecemos por los antecedentes que explican en una parte del proceso:
Los Acuerdos de Abraham (2020)
Bajo su administración, se normalizaron relaciones diplomáticas entre Israel y varios países árabes (Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Sudán y Marruecos).
Fue el primer avance sustancial hacia la paz árabe-israelí en más de 25 años.
No hubo guerras nuevas durante su mandato, algo inusual para un presidente estadounidense reciente.
Israel detuvo temporalmente planes de anexión de territorios palestinos.
Relaciones con Corea del Norte
Trump fue el primer presidente de EE.UU. en reunirse personalmente con el líder norcoreano Kim Jong-un (2018).
Aunque los resultados fueron limitados, se redujo la tensión militar y se detuvieron temporalmente las pruebas nucleares.
Política exterior basada en acuerdos, no intervenciones
Redujo la presencia militar en Medio Oriente.
Evitó conflictos armados mayores, incluso tras provocaciones (Irán, Siria).
Su estilo pragmático priorizó la diplomacia económica y la presión política sobre la guerra.
Reconocimientos internacionales
Fue nominado varias veces por legisladores de Noruega, Suecia y Japón.
Incluso líderes israelíes y árabes respaldaron públicamente su candidatura.
Argumentos en contra.
Estilo divisivo y lenguaje beligerante
Su discurso interno fue considerado polarizante y agresivo, lo que contrasta con la imagen “pacifista” que el Comité Nobel valora.
En política interna, se le asoció con tensiones raciales y políticas.
Falta de procesos de paz consolidados
Aunque los Acuerdos de Abraham fueron históricos, no resolvieron el conflicto palestino-israelí.
En Corea del Norte, las negociaciones se estancaron y el programa nuclear continuó.
Reputación internacional y diplomacia tradicional
Su retiro de acuerdos multilaterales (como el de París o el pacto con Irán) fue interpretado como aislacionismo, no cooperación global.
El Comité Nobel tiende a premiar líderes que refuerzan el multilateralismo y las instituciones internacionales.
Conclusión razonada
Sí, Donald Trump merecía al menos una consideración seria, incluso más que algunos premiados previos como Obama o Kissinger, por resultados diplomáticos tangibles, especialmente los Acuerdos de Abraham.
Sin embargo, su estilo personal, su retórica polarizante y su ruptura con el discurso tradicional de paz pesaron más que sus logros reales ante el Comité Nobel.
En otras palabras:
“Hizo méritos, pero no encajaba en el molde simbólico del Nobel de la Paz.”
Podemos hacer una comparación histórica detallada de casos donde el Premio Nobel de la Paz fue otorgado o negado por razones políticas, que ayudan a entender por qué muchos ven en el caso de Donald Trump una decisión ideológica más que objetiva:
EL NOBEL DE LA PAZ COMO ARMA POLÍTICA
A lo largo de su historia, el Comité Noruego del Nobel ha premiado no sólo hechos concretos, sino también mensajes políticos. En algunos casos, el galardón buscó impulsar agendas globales; en otros, castigar o contrarrestar a determinadas figuras.
Donald Trump (2020, nominado, no premiado)
Acuerdos de Abraham
Logro: Normalización histórica de relaciones entre Israel y varios países árabes. Controversia: Su figura polarizante, su retórica dura y su enfrentamiento con organismos internacionales. Lectura política: Aunque logró más avances concretos que Obama en materia de paz regional, fue excluido por razones de imagen y estilo político. Interpretación: Aquí el Nobel decidió no validar el nacionalismo conservador que Trump representa, pese a los resultados diplomáticos.
CONCLUSIÓN GENERAL
El Premio Nobel de la Paz no es neutral:
A veces se premia una causa, no un logro. A veces envía un mensaje político al mundo, no a la historia.
En el caso de Trump, su ideología y estilo fueron contrarios a la sensibilidad del Comité, aunque sus resultados concretos en Medio Oriente fueron más tangibles que muchos laureados anteriores.
Seguirá la duda: ¿Bloqueó la izquierda internacional el Premio Nobel de la Paz a Donald Trump?
Por años, la figura de Donald Trump ha generado una división global sin precedentes. Para algunos, fue el primer presidente estadounidense que se atrevió a desafiar el “orden mundial” dominado por élites políticas y mediáticas de izquierda. Para otros, fue un líder impredecible que rompió las normas diplomáticas. En ese contexto, la posibilidad de que Trump recibiera el Premio Nobel de la Paz se convirtió en un símbolo de esa batalla ideológica.
Los méritos que lo pusieron en la conversación.
Trump fue nominado en 2020 y 2021 por legisladores europeos y estadounidenses, principalmente por su papel en los Acuerdos de Abraham, que normalizaron relaciones entre Israel y varios países árabes. También se le reconoció su iniciativa en el deshielo temporal entre las dos Coreas, un hecho diplomático que no había ocurrido en décadas.
En términos concretos, fueron logros que, aunque parciales, representaron avances reales hacia la paz en regiones tradicionalmente conflictivas. Sin embargo, el Comité Nobel noruego optó por premiar a otros actores, entre ellos organizaciones que representaban causas más alineadas con las agendas globalistas tradicionales, como el multilateralismo o la cooperación humanitaria.
El poder de la narrativa global
A diferencia de otros tiempos, el Nobel de la Paz ya no se decide solo en un salón de Oslo. Los medios internacionales, las corporaciones tecnológicas y las organizaciones supranacionales influyen de manera indirecta en el clima político que rodea cada decisión.
En ese ambiente, Trump representaba lo opuesto a la ideología dominante: nacionalismo frente a globalismo, soberanía frente a burocracia internacional, negociación directa frente a diplomacia protocolar.
Su sola nominación fue vista por muchos en la izquierda internacional como una “provocación”.
Diversos analistas han señalado que el comité noruego, aunque formalmente independiente, refleja en gran medida la sensibilidad progresista del Parlamento de Noruega. Esto no significa necesariamente una conspiración, sino una inclinación ideológica: la misma que llevó a galardonar en su momento a figuras como Barack Obama, sin resultados de paz concretos, mientras se desestimaron otros candidatos con méritos tangibles.
Entre la política y el prestigio
El Premio Nobel de la Paz, históricamente concebido como un reconocimiento moral, se ha transformado en un termómetro político. En la última década, su entrega ha sido interpretada como una validación de valores liberales, ecológicos y humanitarios, más que de resultados militares o diplomáticos.
Desde esa óptica, Trump era un candidato incómodo. No encajaba en el molde del “pacificador” tradicional ni respondía a la retórica del consenso internacional.
El resultado fue predecible: su candidatura quedó archivada en el silencio, mientras se reforzaba la idea de que el Nobel de la Paz ya no premia tanto los logros, sino las causas ideológicas correctas.
Resumen
No hay pruebas de una conspiración organizada contra Trump, pero sí una realidad evidente: el sistema global de premios, reconocimientos y legitimación moral está profundamente politizado.
En ese contexto, un líder que desafía al establishment internacional tiene pocas posibilidades de ser aplaudido por él.
La izquierda mundial no necesitó conspirar para impedir que Trump ganara el Nobel; bastó con que siguiera controlando el relato de lo que hoy se considera “paz aceptable”.
CAE UNO CAEN TODOS
Por qué Javier Milei está perdiendo popularidad en Argentina y por qué podría tener dificultades en las próximas elecciones (si decide presentarse). Hay varios factores que convergen, algunos estructurales y otros coyunturales.
Factores que juegan a su favor (aún)
Antes de entrar en lo que está saliendo mal, conviene reconocer qué tenía a favor, para entender mejor el desgaste.
Milei llegó con un discurso de ruptura: contra la “casta política”, el déficit crónico, la inflación galopante. Eso le dio un apoyo altamente movilizado.
En su primer año, logró una reducción notable de la inflación mensual (aunque aún elevada en términos anuales) lo cual es un logro visible. Su estilo disruptivo y su voz fuerte captaron el hartazgo de amplios sectores, lo que le dio un “momento de oportunidad”.
Estos factores le dieron fuerza para ganar. Pero el problema es que transformar esa fuerza inicial en gobernabilidad y sostenibilidad es mucho más difícil.
Factores que están erosionando su apoyo
Aquí están los principales motivos por los que Milei ve una pérdida de apoyo:
Reformas económicas con impacto social negativo
Aunque bajó parcialmente la inflación mensual, las políticas incluyeron recortes muy fuertes al gasto público, al subsidio, al empleo estatal.
Como resultado, el empleo formal ha caído, la construcción se resintió, y algunos sectores productivos también.
La pobreza se disparó: según informes, más del 50 % de la población estaba bajo la línea de pobreza tras las primeras medidas.
Para muchos ciudadanos el “dolor” inmediato del ajuste ha empezado a superar el “beneficio” percibido de la estabilización.
Expectativas vs. resultados reales
Milei prometió una transformación radical, que incluyó ideas como abolir el banco central, dolarizar la economía, etc. Pero el ritmo de cambio ha sido más lento o diferente de lo exhibido en campaña.
Los ciudadanos empiezan a mirar no solo “menos inflación” sino “mejor vida cotidiana” (empleo, salarios, servicios públicos) y ahí las mejoras tardan o no convencen.
Desgaste político y escándalos
Se han filtrado audios vinculados a su entorno (por ejemplo, de su abogado) que impactan en su promesa anticorrupción.
Su estilo confrontacional, su falta de mayoría en el parlamento, la oposición que se organiza: todo eso reduce su margen de maniobra y, por ende, su capacidad de “mostrar éxitos”.
También la necesidad de acudir nuevamente al Fondo Monetario Internacional (FMI) u otras instituciones de crédito, lo cual debilita su discurso de “ruptura” que tanto seducía.
Polarización y bases limitadas
Mucho de su apoyo viene de una base muy movilizada, joven, urbana, anti-élite. Pero para ganar elecciones sostenibles necesitan ampliarse hacia sectores medios, rurales, que ahora podrían sentir que las medidas los están afectando fuertemente.
La polarización extrema tampoco ayuda a ganar “voluntades flojas”. Cuando el apoyo depende de movilización más que de persuadir “indecisos”, la vulnerabilidad electoral es mayor.
Caso Petro
apunta al patrón de liderazgo ideológico que une a figuras como Hugo Chávez y Gustavo Petro, especialmente en su relación conflictiva con ciertos actores: los medios, las élites económicas, Estados Unidos y las instituciones tradicionales. Veámoslo con equilibrio: hay similitudes estructurales, pero también diferencias de contexto y estrategia muy relevantes.
El punto de partida ideológico
Tanto Chávez como Petro parten de una lectura común: “El conflicto no es un error del sistema, sino su esencia; y sólo una transformación profunda puede resolverlo.”
Ambos se conciben como líderes redentores de un pueblo excluido, en lucha permanente contra poderes que perciben como “oligárquicos” o “imperiales”.
Ese marco ideológico los lleva a construir el poder a través del conflicto, no del consenso.
Similitudes:
Polarización discursiva deliberada (“el pueblo” vs. “la élite”).
Desconfianza hacia instituciones mediadoras (poder judicial, prensa libre, Congreso).
Búsqueda de legitimidad en la “voluntad popular” directa.
Ambos mintieron sobre sus simpatías ideológicas y el deseo de gobernar eternamente. Recientemente Petro reveló que sí cree en una constituyente y posterior reelección.
Diferencia clave:
Petro, aunque bebe del mismo pensamiento bolivariano y de izquierda latinoamericana, opera dentro de una democracia estable y con límites institucionales fuertes.
No puede,ni parece querer, desmontar todo el orden liberal, como sí hizo Chávez en Venezuela.
Por qué Jorge “Tuto” Quiroga perdió la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2025 en Bolivia ante Rodrigo Paz
Factores clave de la derrota
Propuesta de ajuste rápido vs. Gradualmente
Quiroga planteó un programa de ajuste económico relativamente radical, con un Estado más reducido, fuertes cambios estructurales. En cambio, Paz ofreció una visión más gradual y moderada, lo cual le dio mayor respaldo entre sectores que temían un cambio abrupto.
Perfil de su base electoral limitada
Quiroga tuvo un buen desempeño en su bastión regional (por ejemplo en Santa Cruz) pero no logró movilizar suficientemente otros sectores geográficos o demográficos para ampliar su ventaja nacional.
La sorpresa de su rival
Paz comenzó con bajos niveles de intención de voto pero logró posicionarse claramente e incluso lideró la primera vuelta. Eso le dio mayor legitimidad hacia el balotaje y le permitió captar alianzas y apoyos de opositores al sistema dominante.
Contexto económico y social complicado
Bolivia atraviesa una recesión, elevada inflación, problemas de abastecimiento, caída del gas y de las regalías. El electorado estaba buscando cambio, pero no necesariamente un cambio demasiado abrupto, lo que benefició a quien ofrecía un camino más cuidadoso.
División o debilidad de la oposición fragmentada
Aunque Quiroga logró pasar a la segunda vuelta, durante el proceso previo la oposición no se unió de forma plena y hubo candidaturas que se quedaron fuera y potencialmente habrían apoyado a Quiroga si hubieran colaborado mejor.
Comunicación y narrativa de campaña
Quiroga enfatizó la urgencia del cambio y criticó el pasado, pero quizá no logró convencer ampliamente de cómo se implementaría su plan sin generar impactos sociales fuertes. En cambio, Paz logró proyectar un mensaje de “continuidad con cambio” y de menor riesgo, lo que resultó más atractivo para votantes moderados.
En resumen
La derrota de Tuto Quiroga se explica menos por un único error, y más por la combinación de un contexto adverso, una oferta política percibida como de mayor riesgo, y un rival que logró posicionarse con ventaja, moderación y momentum.
Es decir: aunque tenía posibilidades reales, no logró convencer al “votante del medio” (los indecisos o moderados), que en la segunda vuelta son clave.
Quiroga, curiosamente, invirtió una fuerte suma de dinero en la “guerra sucia”, a través de las redes, similar al estilo de su amiga María Corina. Logró que el señalado por las encuestas pasará a tercero.
Lo mismo hizo para la segunda vuelta y el resultado fue a la inversa. Él que iba de primero no se mantuvo y ganó un hombre más conciliador que supo aprovechar el vacío que tenían los líderes del voto comunal.
Récord de solicitantes de asilo venezolanos en España en 2025
Más de 63.000 venezolanos han solicitado asilo en España en los primeros nueve meses de 2025, superando ya los 58.000 de todo el año 2024. A esta cifra se suman más de 20.000 compatriotas que han ingresado al país con pasaporte europeo, lo que eleva el total a más de 78.000 venezolanos que han llegado este año en busca de un futuro mejor.
Alrededor del 20% de estos migrantes provienen de terceros países como Estados Unidos, Colombia, Argentina o Ecuador, donde ya residían antes de su llegada a España.
Con estos datos, los venezolanos nos consolidamos como la comunidad migrante que más ha llegado a España en lo que va de 2025. Y aún faltan tres meses por contabilizar.
AL CIERRE: FBI vincula al grupo LGTBQ radical «Armed Queers» con los regímenes de Cuba, Venezuela e Irán.
Este grupo es uno de los principales sospechosos de estar detrás del asesinato de Charlie Kirk.
La administración de Donald Trump decidió repatriar a dos sobrevivientes de un mortal ataque estadounidense contra presuntos narcotraficantes en el Mar Caribe, en lugar de procesarlos o mantenerlos en detención militar, dijeron personas con conocimiento del asunto.
Los hombres que sobrevivieron fueron devueltos a sus países de origen, Colombia y Ecuador, según informaron las personas con conocimiento del asunto. Hablaron bajo condición de anonimato para poder discutir asuntos operativos y diplomáticos. No estaba claro si el gobierno de alguno de los dos países procesaría a los hombres a su regreso o simplemente los liberaría.
LA PAZ QUE NO SE PREMIO: Gandhi y el Silencio del Nobel
En el altar de la historia, hay figuras cuya luz trasciende los galardones. Mahatma Gandhi, tejedor de paz y resistencia, fue nominado en cinco ocasiones al Premio Nobel de la Paz. Nunca lo recibió. Y sin embargo, su legado sigue siendo brújula ética para generaciones que buscan justicia sin violencia.
Mientras tanto: Los venezolanos estamos pendientes de la presunta invasión y de las fábulas militares de medios, periodistas e influencers ante las palabras que todos los días emiten figuras del gobierno de Donald Trump o del partido republicano. Como he venido sosteniendo: En materia militar lo que se va a hacer NO SE ANUNCIA.
La estrategía del Presidente Trump es la misma que ha venido utilizando: Presión, disuasión, motivación a sectores militares institucionales para que repongan el orden constitucional. La recompensa subirá en ese sentido pero dudo que haya invasión. El panorama de Trump a lo interno no es fácil y viene una batalla importantísima para este gobierno: Las elecciones de medio término.
PODER JUDICIAL VENEZOLANO
Asistentes Ministerio Público 120.600Bs= 600$
Asistentes Defensa Pública 110.550Bs.=550$
Asistentes Poder Judicial 16.080Bs.=80$
¿Porque la DISCRIMINACIÓN?
ME COMENTAN: “A los fiscales le dieron 1000$de Bonificación de Fin de año; en tanto,a los Defensores Públicos 800$; en tanto,que a los jueces activos le dieron 120$, mal que podríamos que nos dieron a los Jueces Jubilados. En la Casa de la Justicia ha de imperar la Justicia, quienes hemos dado todo a la Institución ni siquiera para comprar las medicinas menos aún un pote de pintura para nuestros hogares”.
ivel nacional porque insólitamente la RECAUDACIÓN BAJO. Debe haber explicaciones y tomar correctivos sobre esto.
Igual algunos directores se quejan de la asignación presupuestaria. Hay problemas de fluidez y entendimiento.
Se me acabó el papel…
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