(17 de octubre del 2020. El Venezolano).- La pegada del goleador uruguayo Luis Suárez, certero en la primera ocasión, relanzó al Atlético de Madrid, que sumó una victoria tan ajustada como indispensable contra el Celta, frustrado por Jan Oblak y por su propia falta de eficacia arriba y preocupado por el desconsuelo de su tercera derrota seguida (0-2).
Dentro de todos los problemas que acusa el conjunto rojiblanco cuando sale lejos del estadio Wanda Metropolitano, disponer de la contundencia ofensiva de Luis Suárez es un tesoro, como también un portero como Jan Oblak, los dos líderes sobre los que construyó una victoria que completó Yannick Carrasco en los últimos instantes.
El número de oportunidades descendió notablemente después del descanso. El Atlético aprovechó un desajuste defensivo del Celta para abrir la segunda parte con una rápida acción que dejó a Luis Suárez ante Iván Villar, que tapó bien el remate. En esa acción se lesionó Diego Costa.
El Celta siguió atacando pero sin generar demasiado peligro. El Atlético esperó atrás para golpear al contraataque. Las continuas faltas provocaron que el ritmo decreciera. Simeone movió el banquillo, pero su equipo siguió muy metido en campo propio. No tuvo el balón, pero supo sufrir. Y a falta de diez minutos Marcos Llorente pudo matar el duelo, pero lo evitó Iván Villar con una gran estirada.
En una acción de estrategia, a falta de cuatro minutos, el colombiano Jeison Murillo rozó el empate con un espectacular cabezazo, otro balón que se le escapó a un Celta que, por ocasiones, mereció la igualada, pero que cayó por 0-2 porque Yannick Carrasco sentenció en los instantes finales de cabeza.
Con información de EFE