(28 de enero del 2023. El Venezolano).- Leopoldo López hizo hace un par de semanas denuncias muy graves contra varios dirigentes que supuestamente pertenecen a la “oposición”. El coordinador nacional de Voluntad Popular se refirió concretamente a Julio Borges, dirigente nacional de PJ, a quien acusó de haber manejado 32 millones de dólares en 4 años sin haber rendido cuentas; acusó a Tomás Guanipa (PJ) y a Luis Aquiles Moreno (AD), miembros de la delegación de la Plataforma Unitaria en la Mesa de Dialogo en México de estar trabajando directamente para la dictadura de Nicolás Maduro.
Por Gustavo Lanette
Cuál ha sido la reacción de esos partidos? Cuál ha sido la reacción de la Plataforma Unitaria? Una denuncia tan grave, debió haber provocado la renuncia inmediata de Guanipa y Moreno. Pero eso no ocurrió. Los dos dirigentes siguen allí como si el asunto no fuera con ellos. Tuvieron las cachazas de asistir a una reunión en el Departamento de Estado. Guanipa, incluso, apareció en una rueda de prensa al lado de Gerardo Blyde.
He allí una de las razones por las cuales muchos venezolanos perdieron credibilidad en ese liderazgo político. En cualquier otro país del mundo, Borges, Guanipa y Moreno habrían sido apartados de sus cargos mientras se realiza una investigación que determine si la denuncia que se hizo contra ellos es verdad o mentira. Pero la supuesta “oposición” venezolana es tan caradura, que prefieren hacerse los locos antes que enfrentar y asumir sus responsabilidades.
Lo mismo ocurrió con los 72 diputados principales y suplentes de la Asamblea Nacional de 2015, que acordaron la “eliminación del Gobierno Interino y la desaparición de la Presidencia Encargada en manos de Juan Guaidó. Esos diputados jamás podrán explicar a los venezolanos los motivos de tan absurda decisión..
Usted puede estar en desacuerdo con Juan Guaidó. Puede incluso cuestionar las ejecutorias y el desempeño de cualquier integrante del gobierno interino. Todo eso es válido en una democracia. Pero lo que usted no puede hacer, bajo ninguna circunstancia, es entregar el gobierno interino y la Presidencia encargada en bandeja de plata al régimen de Maduro, para que la dictadura venezolana siga haciendo lo que le da la gana, sin que nadie lo pueda detener. Los 72 diputados principales y suplentes de AD, PJ y UNT, le asestaron una puñalada trapera al gobierno interino. Durante 4 años, todos estos diputados, la mayoría de los cuales atiende órdenes precisas de Julio Borges, Henrique Capriles, los hermanos Guanipa, Henry Ramos Allup y Manuel Rosales, disfrutaron de todos los beneficios que el gobierno interino les dio. Algunos asumieron cargos de altísima responsabilidad, como por ejemplo Julio Borges, que fue prácticamente el canciller de Guaidó. O como Tomás Guanipa, que fue embajador en Colombia. El presupuesto que manejó el gobierno interino sirvió para financiar sueldos, salarios, viáticos y muchas organizaciones no gubernamentales vinculadas a esos dirigentes de PJ, AD y UNT que hoy le dan la espalda a Guaidó y el país.
En 2020, todos nos escandalizamos cuando vimos a los diputados Luis Parra y José Brito intentar acabar con la Asamblea Nacional presidida por Juan Guaidó. En aquella ocasión, el mundo se sorprendió después de enterarse que detrás de las ambiciones personales y el proyecto político de Parra y Brito estaba nada más y nada menos que el testaferro de Nicolás Maduro, el supuesto embajador y diplomático Alex Saab, quien hizo una inversión de 30 millones de dólares para convencer a 30 diputados opositores de que saltaran la talanquera. No hay ninguna diferencia, entre lo que hicieron Parra y Brito en 2020, y lo que hicieron estos 72 diputados de AD, PJ y UNT en 2022. De hecho, esta acción vandálica y traicionera de 2023 es mucho peor, por cuanto los voceros de esta banda de parlamentarios que han decidido eliminar el gobierno interino de Juan Guaidó, no han ocultado por ninguna parte el verdadero propósito de la acción el cual no es otro que allanar el camino para que Nicolás Maduro terminar su mandato y pueda postularse para un nuevo período presidencial sin ningún tipo de obstáculos.
Lo grave es que los jefes políticos de esta banda de asaltantes, que no merecen llamarse diputados, aspiran convertirse en candidatos presidenciales. Capriles ya ha dicho que quiere aspirar por tercera ocasión. Borges no ha ocultado sus deseos de ser candidato, pero sabe que los números no le dan ni siquiera para lanzarse como alcalde en San Juan de las Galdonas. Tomás Guanipa fue candidato a la Alcaldía de Caracas y llegó detrás de la ambulancia. Rosales, quien también fue candidato presidencial en 2006, no ha ocultado su interés en volver a presentarse como aspirante de cara a las elecciones de 2024. Y Ramos Allup, quien siempre ha querido ser Presidente, ni siquiera tiene chance de ser candidato de su propio partido, porque sabe que los mismos adecos no lo quieren.
Razón tiene Leopoldo López cuando dice que ese liderazgo ya está vencido y que debe pasar por su jubilación. Estos traidores jamás serán perdonados. Todo lo contrario, serán enjuiciados y condenados por la historia.