(09 de octubre del 2021. El Venezolano).- Para la madrina de Alex Saab, eso de qué en Venezuela hay gente pasando hambre, son puras mentiras. Según la señora del colorido turbante, esas imágenes en dónde aparecen seres humanos rebuscando alimentos en los puestos de basura colocados al lado de los restaurantes, son fotografías trucadas por el imperio. La madrina del testaferro de Maduro, ese personaje que está muy cerca de ser extraditado a los Estados Unidos, hace unas declaraciones que por lo menos son un insulto a la dignidad de los venezolanos. Para esa señora los seis millones de venezolanos que han tenido que huir del país, tratando de ponerse a salvo de la violencia que generan los grupos armados de esa revolución de caviar, que ella tanto defiende, «lo que están es haciendo turismo por Barranquilla o conociendo las costas de Cartagena».
La percepción que expone la señora Piedad Córdoba, en medio de risotadas y con un cinismo repudiable, lo menos que merece es una condena de todos los defensores de los derechos humanos de cualquier parte del mundo y muy especialmente los que operan en Colombia y Venezuela. Decir que en nuestro país la gente que luce desnutrida, casi que con rostro famélico, es prácticamente por estar haciendo dieta, no tiene perdón de Dios. Porque eso es lo que en resumidas cuentas la señora Córdoba da a entender.
¿Será que la señora Córdoba piensa que los millones de venezolanos que no tienen trabajo y los pocos que aún sobreviven con salarios que no superan los dos dólares al mes, pueden ingresar, así no más, a un bodegón como los que seguramente ella ha visitado en mi país? ¡No señora Córdoba! Eso resulta imposible. Allí todo lo que se expende tiene etiquetas con precios dolarizados. Allí pueden acceder con facilidad los integrantes de las élites que usted conoce, esos que hablan de revolución pero rodando en lujosos carros o viajando en los aviones privados que usted seguramente muy bien también conoce.
¿Usted podrá sentarse a escuchar las versiones de los productores agropecuarios a los que le venden el combustible a precio de dólar? ¿Usted podrá escuchar lo que narran las personas que lloran, desconsolados, mientras ven como sacan como perros muertos, arrastrados, por los pasillos de los centros de salud a sus seres queridos que han muerto por la pandemia?
¿Usted podría escuchar al activista venezolano por los derechos humanos, Lorent Saleh, que mostrará en las próximas horas en Estrasburgo, la tortura blanca y el sufrimiento que vivió cuando estuvo detenido durante cuatro años, entre 2014 y 2018, acusado por el gobierno de Nicolás Maduro de cometer graves acciones dirigidas a generar violencia, desestabilización y alteración de la paz en el país? ¿O usted también cree que eso de los seres humanos ejecutados por la vía extrajudicial, o de los venezolanos torturados o asesinados en los calabozos de su amigo Maduro también son mentiras?