(2 de diciembre de 2019. El Venezolano).- Jesús, un joven venezolano y su pareja, Rubén, llegaron el miércoles 27 de noviembre a las puertas del Samur Social en Madrid, en el barrio de La Latina, para buscar acogida e información.
Contaron a EFE que arribaron a Valencia el 18 de noviembre y una mujer les compró dos billetes de tren, los «más económicos», para ir rumbo a Madrid el día siguiente. Ya en la capital, acudieron a la Brigada de Extranjería de Aluche para pedir una cita previa, a fin de iniciar el proceso de solicitud de asilo.
Les dieron cita para el 12 de diciembre y, hasta entonces, auguran vivir «en situación de calle”.
Como muchos otros solicitantes de asilo, Rubén agradece la respuesta de los madrileños, que se han ofrecido a pagarles un hostal y les han comprado una tarjeta de Metro con diez viajes.
“Los vecinos han estado súper atentos, nos llevan comida caliente”, comenta a la agencia de noticias española.
RESPUESTA DE LA SOCIEDAD CIVIL
Comida, ropa, agua, paraguas, alojamiento, dinero… Los solicitantes de asilo que esperan un recurso de acogida frente a las puertas del Samur Social de Madrid han encontrado entre el «colapso» administrativo a un grupo de «ángeles»: los vecinos y miembros de parroquias unidos en una red de solidaridad, reseña EFE.
Ahí, entre mantas, cartones y garrafas de agua, dos niños madrileños juegan con un pequeño venezolano en la fría calle de noviembre para hacer recordar que la infancia no debería entender de estatus, mientras una mujer va explicando altruistamente a los adultos el proceso de solicitud de asilo.
Dicen que una vez llegan al aeropuerto de Barajas, en Madrid, la Policía les encomienda a la sede de Samur Social, donde el largo y complejo proceso de solicitud de asilo se topa con el «colapso» del servicio de atención del Ayuntamiento de Madrid a las emergencias sociales.
Sin plazas para todos para pasar la noche, son los vecinos y los miembros de algunas parroquias quienes han creado una «red de solidaridad» parar llegar ahí donde la administración local y central discuten sobre sus competencias.
Los activistas de la Red Solidaria de Acogida de Madrid y la parroquia de San Carlos Borromeo son otras piezas claves en esta red solidaria hacia los solicitantes de asilo, que en muchas ocasiones dependen de la buena voluntad de los ciudadanos para sobrevivir en su día a día.