(17 de octubre del 2020. El Venezolano).- El próximo 3 de noviembre se resolverán varias cosas en los Estados Unidos. La primera será el nombre del presidente para los cuatro próximos años. Normalmente, el resultado de la votación está listo esa noche.
Se sabrá si el país ha decidido seguir acompañando a Trump en esa presidencia tan atípica. Presidencia de emociones diarias y cambios de rumbos, de conflictos diarios, de planteamientos hiperbólicos y de coronavirus 19 rampante.
O se sabrá si, por el contrario, el país cansado de los sustos diarios creados por los twits donde se anuncian las decisiones de estado inconsultas y muchas veces falsas (estilo chavista). Cansado de la pésima gerencia del país y de la plaga que nos agobia, ha decidido concederle la dirección del país al candidato del partido Demócrata, Joe Biden.
Pero esta no será una noche normal, como todo lo de Trump.
Para comenzar, y por si no saben, los candidatos a presidente, en esta elección, no son dos; son 1,218, de los cuales 324 pertenecen al partido Demócrata, 164 al partido Republicano, 65 a los Libertarios, y 23 al partido Verde. Los demás son candidatos independientes, porque en este país cualquiera puede aspirar a ser presidente.
Pero volvamos a la noche electoral.
En estos momentos, los electores pueden votar de tres maneras: primero, pueden votar por correo (Voto ausente/voto por correo, que son la misma cosa); segundo, pueden asistir a la votación personal anticipada; por último, pueden acudir a votar en persona el día de las elecciones.
El 3 de Noviembre, en la noche, se cuentan los votos del día y se comienzan a conocer, después de las 7pm hora local, los resulados de ese día. Los votos anticipados y los votos por correo se suman después. Y cada estado tiene su estilo. En algunos, los votos por correo se revisan para saber si son votos legales (certificados) y esto sucede días antes de las elecciones. En otros estados esta verificación de cada voto comienza el mismo día que llegan al lugar de votación. Otras veces estgo sucede 14 días antes, otras veces el mismo día de las votaciones. En otros estados se preparan después que la votación ha terminado. En algunos estados, una vez comenzado el proceso del día electoral, se cuentan primero los votos anticipados y después los votos por correo. En ningún caso el resultado del conteo de votos anticipados o por correo se puede hacer del conocimiento público antes de concluido el proceso de votación del 3 de Noviembre.
Si la votación previa al día electoral, por la vía que sea, es muy numerosa, el proceso de certificación, contaje y publicación de los resultados podría tardar horas, días o semanas. Observando el volumen de votos que ya han entrado y los que faltan hasta las elecciones, es probable que este año lleguen a 90 millones de votos anticipados y por correo.
En los Estados Unidos hay 250 millones de votantes. De estos solamente votan el 55%. Esto nos da un total de 138 millones de votantes, de los cuales votará el 65% anticipadamente. Pero ocurre un problema. Los demócratas prefieren votar antes, luego la mayoría de los votos que están entrando corresponderían a Biden, pero serían contados al final del proceso que puede ser largo. Los republicanos en un 80%, de acuerdo a las encuestas, prefieren votar el día de la elección.
Podemos predecir que el 3 en la noche se podría producir una mayoría de votos a favor de Trump, que levantaría las esperanzas de sus electores. Pero en la medida en que los votos anticipados vayan llegando, ese mangen favorable va desapareciendo para después ir viendo como en las horas, los días, las semanas, o los meses esa diferencia se vuelve favorable a Biden y lo da como ganador.
Trump ha venido anunciando que los votos anticipados, los enviados por correo, serán adulterados. Quien lo va a aguantar cuando aparezca como ganador el día electoral y ese resultado vaya cambiando en su contra en el tiempo. La perreta de Trump será de antología. En ese momento vendrán demandas, impugnaciones. Y qué decir de los resultados de Senadores o Representantes, en cuyas elecciones se juega el furturo del Congreso donde el proceso será igual, pero más lento.
Por eso digo que será una muy larga noche.