(28 de noviembre del 2024. El Venezolano).- Vivimos tiempos de desencuentro. La sociedad oscila entre colectivismos estériles e individualismos necios. Se fugó la vocación de humanidad.
Por Alexis Ortíz
Pero hay valores que sobreviven en el caos. El apóstol Marti prefería un amigo sincero al amor. Y en su Credo el poeta caraqueño Aquiles Nazoa proclamó que “la amistad es el invento más bello del hombre”. Por eso hoy quiero celebrar a mi hermano del alma, el consultor político cubano venezolano Joaquín Pérez Rodríguez, un criollo de lujo.
Joaquín como católico de solera, cumple el mandamiento de las Escrituras de amor al prójimo y, desde luego, concibe la política como un servicio público y una expresión concreta de la caridad cristiana.
Para mi el más provechoso, creativo y confiable de los asesores políticos-electorales latinoamericanos, es sin duda este amigo a quien nos acostumbramos a llamar Joaquinito.
Joaquín para la consultoría electoral tiene la experiencia práctica, de político callejero, de hombre que no llegó a la dirigencia por arriba, sino desde una militancia de base que subió los escalones necesarios para llegar a la cima dirigente. Así fue como durante dos décadas destacó al frente de la secretaría nacional organización de COPEI (el partido Social Cristiano de Venezuela).
Además su formación académica, en universidades e institutos de prestigio, fue muy acrisolada. Eso le permitió no sólo ser eficiente en su trabajo, sino también muy innovador y versátil (con la misma suficiencia puede asesorar un candidato, diseñar y ejecutar la campaña, hacer e interpretarlas encuestas, preparar la organización electoral, movilización y defensa del voto…).
Para mí fue un privilegio trabajar con él las muchas veces que lo hice.
Y por si fuera poco, este caballero de la libertad de Cuba, Venezuela y la hispanidad, es un agrónomo y empresario del campo exitoso y solidario, que con su esposa Iraida levantó una innumerable familia de hijos, nueras, yernos, nietos y bisnietos, que son un modelo para estos tiempos que marchitan la institución familiar.
!Joaquinito, gracias por tu amistad!