(24 de junio del 2024. El Venezolano).- Arqueólogos de la Universidad de Binghamton y la Universidad de Columbia, ambas en Nueva York (EE.UU.), desmintieron el mito popularizado de que la sobreexplotación de recursos limitados resultó en un «ecocidio» que conllevó a un «colapso» poblacional catastrófico en la isla de Pascua (Chile).
Su estudio muestra que la extensión de esta infraestructura agrícola en Pascua, también conocida como Rapa Nui, es sustancialmente menor de lo que se afirmaba anteriormente y probablemente no podría haber sustentado los grandes tamaños de población que se han supuesto.
Recursos limitados
Carl Lipo, profesor de Antropología y Ciencias Ambientales de la Universidad de Binghamton, explicó que la isla se formó a partir de erupciones volcánicas hace un millón de años, lo que le dio a la lluvia tiempo suficiente para eliminar el potasio, fósforo y nitrógeno que las plantas necesitaron para crecer. También señaló que el rocío marino cargado de sal perjudica aún más la fertilidad del suelo. «Los suelos de Rapa Nui nunca fueron particularmente productivos«, subrayó Lipo, director de la investigación. «Cuando la gente llegó a la isla, tuvo que lidiar con esas limitaciones», añadió
La jardinería de rocas
Los expertos expusieron que, para enfrentar la baja productividad de sus suelos, los nativos recurrieron al uso del mantillo de roca (jardinería de rocas) como método de preferencia para incrementar la fertilidad. En un proceso que requirió mucha mano de obra, los nativos rompieron partes del lecho de roca expuesto y luego convirtieron estos trozos de piedras en el suelo, lo que restauró los nutrientes y lo protegió de una mayor erosión.
Esta práctica se ha utilizado tradicionalmente en otros lugares, como entre los maoríes de Nueva Zelanda, los pueblos indígenas del suroeste de EE.UU. y los Países Bajos, indicó Lipo. «Lo hacemos nosotros mismos con fertilizantes no orgánicos; básicamente, utilizamos máquinas para triturar la roca en trozos pequeños, lo cual es eficaz porque deja al descubierto una gran superficie», comentó el especialista. «La gente de Rapa Nui lo hizo a mano, literalmente rompiendo piedras y clavándolas en la tierra«, agregó.
Mapeos erróneos y mistificación
Un componente vital de la narrativa malthusiana, ampliamente difundida, es que el rápido aumento y caída de las tasas de crecimiento de la población rapanui, antes del contacto con los europeos en 1722, fue impulsado por la construcción y sobreexplotación de jardines de rocas que alguna vez fueron extensos. Sin embargo, el alcance de la jardinería de rocas en toda la isla se ha sobrestimado y esto ha sido clave en la mistificación de los datos sobre los sistemas alimentarios y la demografía.
Los investigadores del estudio señalaron que cuando los europeos encontraron la isla por primera vez, informaron que el 10 % de su tierra estaba cubierta de jardines. Sin embargo, estudios anteriores con base en imágenes satelitales para mapear los jardines de rocas «resultaron en identificaciones erróneas, incluidas, por ejemplo, carreteras«.
En la nueva investigación se utilizaron imágenes satelitales de onda corta infrarroja (SWIR, por sus siglas en inglés) y aprendizaje automático para generar una estimación más precisa. Estiman que alrededor de 73 hectáreas estaban cubiertas de piedras de abono, mucho menos de lo que se creía anteriormente. Sus resultados sugirieren que las estimaciones anteriores eran entre 5 y 20 veces más altas, explicó Dylan Davis, primer autor del artículo, publicado el pasado viernes en Science Advances.
Las imágenes SWIR pueden diferenciar entre composiciones minerales y contenido de humedad, dijo Davis. Las distintas características mineralógicas y las manchas de humedad permiten que los jardines de rocas se destaquen mejor de su entorno, subrayó el experto.
Utilizando la estimación actualizada del número de jardines, los investigadores calcularon que aproximadamente 3.000 personas vivían en Rapa Nui en el momento del contacto europeo y no las 17.000 personas que estimaban los anteriores estudios. Los primeros relatos europeos indican una población de 3.000 a 4.000 personas, lo que se remonta a los artefactos descubiertos en la isla, comentó Lipo.
Un ejemplo no conveniente
«Lo que realmente estamos viendo aquí es que, para empezar, la isla no podría sustentar a tanta gente debido a limitaciones ecológicas», destacó Davis. «De hecho, la gente modificó sus paisajes para aumentar la cantidad de lo que podían cultivar intensivamente y ese número todavía era muy pequeño. Este no es un ejemplo de catástrofe ecológica, sino de cómo la gente sobrevivió a pesar de los recursos naturales realmente limitados de una manera bastante sostenible durante mucho tiempo», añadió.
Las ideas erróneas sobre el tamaño de la población de la isla provienen de sus grandes y llamativas estatuas moái y de la suposición de que se necesitarían grandes grupos de personas para erigir tales estatuas, aclaró Lipo. Los ecologistas también tienden a utilizar la isla de Pascua como modelo de cómo el tamaño de la población puede conducir a una catástrofe ecológica.
«No podemos usar la isla de Pascua como un ejemplo que sea conveniente para las historias«, comentó Lipo. «Necesitamos entender la isla en su propio contexto porque lo que realmente nos dice es algo muy diferente de lo que la gente cree», agregó.