(09 de octubre del 2022. El Venezolano).- Por trillado que sea estamos claros que guerra avisada no mata a soldado así que no es por falta de advertencias que al gobierno de Estados Unidos de Norteamérica ya le llegaron a su puerta, ya no somos el vecino inofensivo y bullicioso, les toca luchar ahora desde adentro, ya fueron inundados de droga por parte de los cárteles liderados por los capos del chavismo, Cartel de los Soles (según opinión de los otros capos y demás delincuentes del ramo es la red más poderosa del narcotrafico mundial), cártel de los Flores y sus ramificaciones. Ahora están inundados de pranes y exconvictos quienes mimetizados estratégicamente entre las masas de venezolanos que siguen huyendo del país que supuestamente se arregló y exponen sus cosas por montañas, selvas, ríos y mares. Es indudable que células de la crema y nata del Tren de Aragua, de los colectivos Alexis Vive, Tupamaros, La Piedrita están ya instalados en el norte, es innegable que la política de oidos sordos y «todas las opciones están sobre la mesa» de los últimos 5 años de los ya hace años enviaron a testaferros, hijitos de militares y exministros para que fueran haciendo relaciones, abriendo espacios, lavando lo robado y ahora, confundidos con las últimas oleadas de migrantes venezolanos están completando la jugada, le hicieron el encargo a la patrona de los delincuentes, la reina de las cárceles para que seleccionara lo mejor de lo peor. Allá están, lamentamos confirmarselo al pueblo norteamericano.
Por José Gregorio Briceño Torrealba
Y es que no podíamos esperar menos del partido demócrata americano, ya que en el período cuando fue presidente Barack Obama, Joe Biden fue su vicepresidente, ellos le dieron una gran apertura y oxigenaron a la narcotiranía cubana, que ha tenido sometida o esclavizado por más 63 años al pueblo cubano, más que formalidades y apretones de mano diplomaticos, ese mandato mostró su talante procomunista y ahora como presidente se destapó sin pudor a abrirle las oportunidades a la narcotiranía.
Con el «canje» de prisioneros y narcotraficantes entre el presidente de los EE.UU y Nicolás Maduro, tenemos que aceptar que fue uno de los grandes triunfos de Maduro, en donde logró que el presidente de la máxima potencia del mundo, haya caído en el chantaje de un gobierno considerado por ellos mismos de forajido, narcotraficante y colaborador con el terrorismo internacional. Eso sienta un grave precedente en política exterior a la administración del gobierno norteamericano. Lo insólito es que los EE.UU, líderes en tecnología y poseedores del armamento más sofisticado del mundo, habiendo hecho operaciones de rescate de ciudadanos secuestrados y captura de delincuentes internacionales exitosas a lo largo de la historia y hayan claudicado de la forma más humillante ante Maduro.
Soy de los que creo que el mundo democrático hubiese aplaudido una operación de rescate de los rehenes americanos de las atroces mazmorras venezolanas, antes que pisotear la tan cacareada premisa americana, de no negociar con terroristas o secuestradores. Para más incoherencia el que hace el intercambio de sus sobrinos sentenciados por narcotrafico y colaboración con el terrorismo, también tiene una recompensa por su captura de 15 millones de dólares y además está siendo investigado por crímenes de lesa humanidad por la Corte Penal Internacional.
La gran pregunta ¿ Reconocieron a Maduro o no? Pareciera que a los venezolanos nos consideraran bobos.
Joe Biden ha sido tan complaciente con el cártel de los Flores, liderizado por la primera combatiente Cilia Flores, que el pasado mes de marzo ya le había levantado las sanciones al vicepresidente de finanzas de PDVSA y sobrino de Cilia Flores, Carlos Erik Malpica Flores, que fue uno de los que atracó y acabó con PDVSA.
Ya no hay lugar a dudas que las sanciones a PDVSA serán levantadas y quizás Maduro y Diosdado Cabello serán sobreseído sus causas penales, a pesar de tener suficientes evidencias, testimonios, grabaciones, filmaciones de que son narcoterroristas. Ni siquiera el posible regreso de Trump a la Casa Blanca en 2024 nos sirve de aliciente pues no atacó al fondo del problema con la contundencia que su discurso se reflejaba.
Sigamos luchando por organizarnos, por buscar opciones de hacer fuerza a nivel global, ya que somos una fuerza de más de 7 millones fuera del país y podemos hacer mucho contra la narcodictadura, sumemonos como la entidad de mayor población de nuestro país, la Venezuela internacional. Por ahora la única salida que veo es la de los mandos medios de las fuerzas Armadas que empleen una acción LIBERADORA. La otra opción es a largo plazo y como a los venezolanos no nos falta Dios, en menos de un mes hay elecciones parlamentarias en los EE.UU y sin lugar a dudas el partido demócrata sufrirá una de las derrotas más grande, y a la vuelta de dos años abra un nuevo presidente del partido Republicano.
Los que siguen la vía electoral con la participación y control del narcochavismo saben que es la que permitirá oxigenar y relegitimar a los narcobandoleros hasta más allá del 2100, espero equivocarme. Desde la cárcel del exilio no me doy por vencido, por el contrario, cada día más convencido de que esta ruta hacia la libertad nos necesita a todos, denuncien, enfrenten y denigren de esta tragedia cómo lo hago, sin pausa y en mi caso con lo único que me queda LA PLUMA Y LA PALABRA
José Gregorio Briceño Torrealba
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