(22 de enero del 2024. El Venezolano).- El presidente ecuatoriano Daniel Noboa anunció el lunes que su país está buscando apoyo de Estados Unidos en términos de armamento, tecnología y entrenamiento para combatir las organizaciones criminales que han sumido a Ecuador en una espiral de violencia en las últimas semanas.
La situación en Ecuador ha alcanzado niveles críticos, llevando al presidente a declarar un «conflicto armado interno» y movilizar al ejército para hacer frente a la creciente violencia vinculada al narcotráfico. La declaración fue seguida por un estado de emergencia de 60 días, incluido un toque de queda nocturno, en un intento de sofocar la violencia que se ha extendido por las ciudades y cárceles ecuatorianas.
Ante esta crisis, Noboa confirmó la espera de una delegación estadounidense, liderada por Christopher Dodd, asesor presidencial Especial para las Américas, la general del Ejército Laura Richardson y el subsecretario adjunto de la Oficina de Asuntos Antinarcóticos y Aplicación de la Ley, Christopher Landberg. Noboa afirmó que la ayuda estadounidense es esencial para proteger a Ecuador, que se ha convertido en una pieza clave en las rutas de los grupos narcoterroristas.
Sin embargo, Noboa también destacó la necesidad urgente de refinanciamiento de la deuda externa para evitar una crisis financiera mientras el país enfrenta la guerra contra el crimen organizado. El mandatario ecuatoriano subrayó que, además de enfrentar el conflicto, Ecuador busca equilibrar sus recursos económicos.
La ola de violencia desencadenada por bandas criminales desde principios de 2021 ha sumido a Ecuador en un estado de inseguridad con muertes violentas, extorsiones, secuestros y motines carcelarios. La semana pasada, la situación alcanzó un punto crítico con la toma armada de un canal de televisión en Guayaquil y la fuga de líderes criminales como Adolfo Macías, alias «Fito», líder de Los Choneros.
Ante la escalada de violencia, Noboa decretó el estado de conflicto armado interno, movilizando fuerzas combinadas de militares y policías para contener la situación. Además, propuso medidas legislativas, como la aprobación de una ley de extinción de dominio para confiscar los bienes y dinero de grupos criminales.
Noboa también destacó la importancia de la repatriación de presos, proponiendo la liberación de al menos 1,500 reclusos, especialmente de Colombia y Perú. Además, confirmó negociaciones con gobiernos extranjeros para lograr este objetivo. En respuesta a la crisis, el presidente anticipa recortes significativos en el gasto público, apuntando a una reducción de mil millones de dólares en la estructura estatal.
Además de las medidas de seguridad, Noboa anunció una «semaforización» del toque de queda, permitiendo diferentes horarios de restricción en distintos cantones del país. El presidente argumentó que esta medida es esencial para respaldar la reactivación económica y evitar que los grupos narcoterroristas afecten la vida cotidiana y la estabilidad económica del país.
En medio de estos desafíos, Ecuador busca equilibrar la lucha contra el crimen organizado con la protección de su economía y el bienestar de su población. La colaboración internacional, especialmente con Estados Unidos, podría ser un factor determinante en la resolución de esta compleja crisis.