(31 de mayo del 2022. El Venezolano).- Debería haber sido el primer día de una semana alegre para los alumnos de la Escuela Primaria Robb: el comienzo de las vacaciones de verano. En cambio, se llevaron a cabo los funerales de dos de los 19 niños asesinados dentro de un aula.
El velorio para Amerie Jo Garza, de 10 años, se llevó a cabo el lunes en la funeraria Hillcrest Memorial en Uvalde, Texas, justo enfrente de la escuela donde los niños, junto con dos profesoras, fueron asesinados a tiros la semana pasada, antes de que agentes mataran al agresor. El funeral de otra niña de 10 años, Maite Rodríguez, se realizó en la otra funeraria de la ciudad.
Durante las próximas dos semanas y media, los habitantes de esta ciudad del suroeste de Texas se despedirán de los niños y de sus profesoras en una visita, un funeral y un entierro tras otro. Mientras las familias y los amigos dan rienda suelta a su dolor, los investigadores exigirán respuestas sobre la reacción de la policía al tiroteo del 24 de mayo. Los legisladores han dicho que estudiarán lo que se puede hacer para frenar la violencia con armas de fuego que afecta a todo el país.
AP reseñó que solamente esta semana están previstos los funerales de 11 niños y de la maestra Irma Garcia. El lunes, algunos dolientes en el velorio de Amerie vistieron tonos lilas o lavandas de color púrpura —los favoritos de la niña— a petición de su padre, Angel Garza. Muchos llevaban flores, incluidas las de color púrpura.
La niña, a la que le encantaba dibujar, acababa de recibir un celular por su cumpleaños número 10. Una de sus amigas le dijo a Angel Garza que Amerie intentó usar el teléfono para llamar a la policía durante el asalto a su clase de 4to grado.
Entre los asistentes al velorio de Amerie había algunos familiares de Maite. Como muchas personas, asistieron a ambos.
La familia de Maite llevaba camisetas verdes con una ilustración que mostraba a Maite con alas de ángel. Antes de entrar en la funeraria, se detenían en la cuneta para ver la verja metálica contra la que el agresor Salvador Ramos estrelló una camioneta antes de cruzar un campo y entrar en el colegio.