(06 de febrero del 2025. El Venezolano).- Desconsiderada, inhumana y vituperable la actitud del señor presidente Donald Trump al pretender abolir, por efecto de una deportación masiva, el Estatus de Protección Temporal (TPS, en inglés) EEUU a venezolanos y otros individuos, en virtud de que es una gracia o venia que se otorga a nacionales de países en conflicto o de crisis “graves”; tal es el caso en nuestra Venezuela institucional, adonde las condiciones empeoran constantemente, y sin atisbo alguno de solución a causa de la crisis sociopolítica que se ha reformulado tras objeción de las presidenciales llevadas a cabo el 28-J, como es del dominio público a escala mundial y a partir del 10-E, más aún, cuando desde entonces Nicolás Maduro, presidente autorreelecto ratificara su detentación al juramentarse “constitucionalmente”, ante la AN para el sexenio 2025-2031.
Tal aberración, peor que un error craso, causaría un daño ultrajante e irreparable, pues es un permiso o licencia que a unos 600 mil venezolanos, honestos y laboriosos, les permite laborar y residir legalmente, en la nación norteamericana, por venia del presidente Biden, gracia que tal vez a capricho, ha revocado el gobierno de Trump, sobre la cual le invitamos a reflexionar en virtud de la condición de los tantísimos venezolanos que disfrutan de su TPS como salvavidas; razón por la que, entre otras, se han asentado en esa nación refugio por antonomasia, de gentes vanguardistas.
Ha sido una decisión, quizá desacertada e infeliz, a fin de combatir el crimen organizado, de entre las acordadas a fin de neutralizar a la megabanda transnacional “tren de Aragua”, que en EEUU califica como organización terrorista, y que el régimen venezolano asevera haberla desarticulado, dentro de la cual pretende incluirse infundadamente, a todo connacional, por crímenes de dicha caterva, en los que no deberían incluirse a nuestros hermanos venezolanos que tan digna y honestamente hacen vida en esa nación, ejemplo notorio de democracia y apertura.
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