(16 de octubre del 2021. El Venezolano).- Han transcurrido prácticamente un año y diez meses desde el polémico aterrizaje de la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas y aún persisten varios puntos oscuros. Distintas fuentes consultadas por ABC han contribuido a aclarar, al menos, los primordiales. La número dos de Nicolás Maduro llegó a Barajas con el absoluto convencimiento de que podría pasar unas horas en Madrid. De hecho, reaccionó con gran extrañeza cuando le informaron de que tenía prohibido pisar suelo comunitario. Delcy Rodríguez adujo que llegaba «invitada por el presidente Zapatero», con el que tenía previsto reunirse, confirman fuentes socialistas. No sólo se lo dijo al entonces ministro de Transportes, José Luis Ábalos, sino que lo comentó abiertamente
ante varios policías y guardias civiles allí presentes. Así lo han confirmado a ABC tanto fuentes del PSOE como de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
La vicepresidenta aterrizó con una apretada agenda en España, puesto que además de reunirse con José Luis Rodríguez Zapatero, tenía cita para que la viera un médico de una clínica madrileña que le habían recomendado, y quería aprovechar para hacer unas «compras» (la Milla de Oro de Madrid, en el barrio de Salamanca, está muy frecuentada por ciudadanos venezolanos). Había reservado una habitación de hotel, donde iba a dirigirse tras tomar tierra el avión unos minutos después de las 00.00 horas. Pero saltaron las alarmas, dado que si Delcy Rodríguez lograba su objetivo estaría entrando en territorio Schengen. Eso no podía ocurrir, pues la Unión Europea la incluyó en el año 2018 en la lista negra de 25 dirigentes del Gobierno de Nicolás Maduro a los que congeló todos sus activos en suelo comunitario y les prohibió acceder al territorio.
Saltaron las alarmas, que fue escalando hasta el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. En principio, quien debía solucionarlo y evitar que se vulnerara la ley era Arancha González-Laya, ministra de Asuntos Exteriores, pero quedó apartada del asunto.
‘Plan b’
Aunque nunca lo ha reconodio públicamente, José Luis Ábalos fue el ‘plan b’ de Pedro Sánchez. Fuentes socialistas aseguran a ABC que «obviamente, sólo el presidente podía enviar al ministro de Transportes a frenar a la vicepresidenta de Venezuela». Ya de madrugada y tras recibir instrucciones, Ábalos tiró de su amigo y asesor Koldo García, que lo llevó en coche hasta Barajas. Multitud de policías y guardias civiles presenciaron la llegada del ministro y sus gestiones con Delcy Rodríguez en la zona internacional del aeropuerto Adolfo Suárez para intentar que estuviera cómoda y aceptara la prohibición de salir de la zona internacional.
Se desconoce si José Luis Rodríguez Zapatero había avisado al Gobierno de que había invitado a Delcy Rodríguez, pero de lo que no cabe duda es de que esa madrugada en Barajas la vicepresidenta de Nicolás Maduro lo dijo por activa y por pasiva. En las múltiples versiones que dieron miembros del Gobierno del episodio nunca apreció el nombre del expresidente socialista, con el que ABC se puso ayer en contacto para que ofreciera su versión de los hechos sin obtener respuesta. Este diario también se ha dirigido por escrito a Delcy Rodríguez, que no ha respondido.
La hemeroteca, no obstante, arroja la valoración que Zapatero hizo del incidente el 21 de febrero de 2020, cuando fue abordado por los medios en un acto en la Universidad de Almería, justo un mes después del incidente. En aquel momento, defendió la actuación del Gobierno y defendió específicamente a Ábalos, de quien dijo que había dado «muchísimas explicaciones, más que suficientes». Cargó, además, contra la oposición por hacer política utilizando a Venezuela. «El surrealismo máximo es ver si estaba en el aire, ¿suspendida? ¿dónde vamos a llegar? Llegó al aeropuerto como otras personas que no pueden entrar, y no entró. Se cumplieron las normas, más allá de lo que pensemos algunos de las normas», dijo.
Zapatero y Maduro
Apenas unos días antes de esas declaraciones en Almería, Zapatero se había reunido con Maduro y Rodríguez en Caracas, mientras en España el escándalo había saltado a las portadas y ya iba camino del juzgado.
No obstante, la judicial resultó ser vía muerta. Hubo dos partes. Una querella de Vox directa ante el Tribunal Supremo contra el ministro Ábalos, que en esa calidad gozaba de aforamiento; y otra, impulsada también por el Partido Laócrata y a la que se sumó el PP contra los funcionarios del aeropuerto de Barajas en los juzgados de Madrid, aunque por razones distintas. Para la Sala Segunda del Supremo, «que la estancia en el Aeropuerto de Barajas de Delcy Rodríguez implicó una vulneración de la expresa prohibición» de entrada que tenía por parte del Consejo de la UE, «está fuera de cualquier duda», pero es un asunto que se ventila con responsabilidades políticas, que no penales. Mientras, el instructor de Madrid cerró el caso al entender que Rodríguez no había entrado en zona UE, aunque luego la Audiencia Provincial, al ratificar el archivo, añadió que de haberlo hecho, tampoco habría sido delito.
La relación entre José Luis Rodríguez Zapatero y el Gobierno de Venezuela siguió con todo en plena forma. Tanto que Nicolás Maduro lo reclamó en diciembre de 2020 como «observador» de las elecciones para su reelección, denunciadas por la oposición como ilegítimas.