(12 de diciembre del 2021. El Venezolano).- El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, tuvo un derrame cerebral en octubre cuando se encontraba en la prisión de máxima seguridad Belmarsh donde permanece recluido, ha desvelado su prometida Stella Moris, tras conocerse este viernes que ha prosperado su extradición a Estados Unidos.
Assange, acusado de espionaje y con una posible condena de hasta 175 años de prisión a sus espaldas, habría sufrido un derrame cerebral el 27 de octubre durante una comparecencia en vídeo en el proceso abierto con el Tribunal Supremo de Reino Unido sobre su extradición. Desde entonces, se ha sometido a una resonancia magnética y recibe medicación para tratarse por las graves lesiones que le han provocado su estancia en prisión, ha denunciado Moris en un artículo publicado en ‘Daily Mail’.
«Miren a los animales atrapados en jaulas en un zoológico. Les acortan la vida. Eso es lo que le está pasando a Julian. Los interminables casos judiciales son extremadamente estresantes mentalmente», ha dicho su prometida en el periódico británico, que también ha resaltado que en la prisión de máxima seguridad «le faltaba aire fresco y luz solar, una dieta adecuada y los estímulos que necesita».
La Justicia de Reino Unido ha avalado este viernes el recurso presentado por Estados Unidos para extraditar al fundador de WikiLeaks al país norteamericano. El Tribunal de Apelaciones ha reactivado el proceso al considerar que había motivos de salud y un alto riesgo de suicido para el acusado en caso de que la extradición siguiese adelante.
«Dado que no estaba en condiciones médicas para asistir a su propio juicio a través de un enlace de video. ¿Cómo pueden siquiera discutir si está en condiciones de ser expuesto a un juicio ‘de espectáculo’ en los Estados Unidos, un país que se niega a enjuiciar a sus torturadores y criminales de guerra?«, ha reaccionado el relator de la ONU que examina casos de torturas y castigos crueles o degradantes, Nils Melzer, en un vídeo que ha publicado en sus redes sociales.
El periodista Kevin Gosztola, jefe de redacción de ‘Shadowproof’, que ha informado sobre la condena de Chelsea Manning, el caso de John Kiriakou y la extradición de Assange, ha expresado por redes sociales que «(durante la vista) no se encontraba bien y además la prisión le obligó a ir a la sala de vídeos, donde varios periodistas, incluido yo, vimos lo mal que estaba». Assange, denuncia Moris, debido al estrés quedó con el párpado derecho caído, problemas de memoria y daños neurológicos visibles.
La decisión supone un duro golpe para el activista y programador, si bien su equipo legal está estudiando recurrir el fallo. Al conocer la noticia, Moris expresó que se trataba de un «grave error judicial» e hizo hincapié en que la extradición es «abusiva» y «vengativa»: «Debe haber sido horrible escuchar una apelación ante un tribunal en el que no puedes participar, que discute sobre tu salud mental y tu riesgo de suicidio y en la que Estados Unidos argumenta que te lo estás inventando todo», ha criticado.
Por su parte, la Federación Internacional de Periodistas (FIP) ha condenado el fallo y ha aclarado que «apoyará cualquier recurso legal que presente el equipo de Assange». En un comunicado, ha señalado que el caso será llevado ante Naciones Unidas y se ha sumado así a decenas de grupos que han solicitado al Gobierno británico la puesta en libertad del activista, reportó Europa Press.
«Esto viene de atrás. Son discusiones que parten de sucesos de 2010 y 2011 de los que Chelsie Manning fue condenada por pasar información a WikiLeaks. Esto no ha sido algo que WikiLeaks haya publicado por su cuenta. WikiLeaks se alió con el New York Times, con Der Spiegel, con The Guardian y todos esos periódicos fueron galardonados por cubrir crímenes de guerra que militares de Estados Unidos y del Reino Unido cometieron en Irak y en Afganistán», ha dicho en un vídeo publicado por el portal Democracy Now el director de Unión Estadounidense por las Libertades Civiles y abogado de Edward Snowden, Ben Wizner.
En los mismos términos se ha pronunciado el exministro australiano, Kevin Rudd, que ha publicado por redes sociales que está «completamente en desacuerdo con la persecución»: «En pocas palabras: si el crimen de Assange fue difundir documentos clasificados de seguridad nacional, lo mismo se aplicaría a los editores de todos los periódicos británicos, estadounidenses y australianos que publicaron el material».
La defensa ya venía advirtiendo de que su salud se había deteriorado gravemente en los últimos años. La jueza Vanessa Baraitser, del tribunal de primera instancia, había considerado probado que Assange se había autolesionado y tenía tendencias suicidas. «La impresión general es la de un hombre deprimido y en ocasiones desesperado que teme por su futuro«, indicó en enero al emitir sentencia.
Baraitser, sin embargo, ya rechazaba entonces los argumentos legales presentados por la defensa, entre ellos las dudas expresadas sobre la posibilidad de que Assange no fuese sometido a un juicio justo en Estados Unidos.