(22 de enero del 2024. El Venezolano). El 13 de octubre de 1972, el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, fletado para llevar a un equipo de rugby a Chile, se estrelló en el corazón de los Andes. Solo 29 de sus 45 pasajeros sobrevivieron al accidente. Pero tras 72 días atrapados en uno de los entornos más hostiles e inaccesibles del planeta, solo quedaron con vida 16 personas.
Más de medio siglo después, su historia ha vuelto a ser contada en una película, dirigida por Juan Antonio Bayona: La sociedad de la nieve, elegida por la Academia de Cine española para representar a España en el Oscar a mejor película internacional.
En un reportaje publicado por Hola indica que para hacer realidad este proyecto, Bayona se basó el libro de Pablo Vierci, compañero de colegio de los rescatados, y escuchó con atención los testimonios de los supervivientes. «Nos acercamos con mucha delicadeza a ellos y después nos acercamos también con mucha cautela a la familia de los fallecidos», dijo el director en una entrevista concedida a Onda Cero.
De los 16 supervientes, hoy quedan 14. Javier Methol falleció de cáncer el 4 de junio de 2005 a los 79 años. José Luis ‘Coche’ Inciarte murió el pasado 17 de julio a los 75 años tras una larga enfermedad. Según contó Bayona, ‘Coche’ tuvo un papel muy importante en la película y pudo verla antes de morir. «Al final de la proyección, sólo hablaba de lo valiente que fueron sus compañeros. Así era Coche, siempre se ponía por detrás de los demás. Con esa generosidad vivió la tragedia de la montaña, la vida y nuestra película también. Doy gracias por haberle conocido y atesoraré cada momento que viví con él. Descansa en Paz, amigo», publicó el cineasta junto a esta foto.
Los supervivientes han estado muy presentes en la promoción de la película, lo que nos ha permitido ver cómo se encuentran en la actualidad. El uruguayo Fernando Parrado, conocido como Nando, viajaba con su madre y su hermana en el avión. Ambas perdieron la vida en los Andes: su madre murió en el impacto y su hermana días después. Él estuvo tres días inconsciente debido al fuerte golpe que sufrió en la cabeza. Una vez recuperado, lideró la expedición que propició el esperado rescate. En el momento del accidente estudiaba Ingeniería Mecánica, pero al volver a Montevideo dejó sus estudios y se convirtió en un prestigioso hombre de negocios, deportista, productor de programas de televisión y orador reconocido internacionalmente. A sus 74 años le vimos en el Festival de Venecia junto a su mujer Véronique van Wassenhove, madre de sus hijas, Verónica y Cecilia.
Roberto Canessa, que caminó en busca de ayuda junto a Nando, tenía 19 años cuando se estrelló el avión. Cursaba Medicina y sus conocimientos le permitieron atender a los heridos. Tras ser rescatado, se especializó en Cardiología y formó una gran familia con Lauri, su novia de toda la vida. El matrimonio tiene tres hijos: Hilario, Tino y Lala.
El superviviente Adolfo ‘Fito’ Strauch fue quien inventó el sistema para derretir hielo y poder disponer de agua para beber, así como las gafas de sol para protegerse de la intensa luz solar. Fito viajaba en el avión con sus primos Daniel Fernández Strauch y Eduardo Strauch, que también lograron sobrevivieron. En esta foto le vemos junto a Esteban Kukuriczka, el actor que interpreta su historia en La sociedad de la nieve.
Eduardo Strauch tiene 76 años, está casado, tiene cinco hijos y una nieta. Desde hace más de cuatro décadas se dedica a la arquitectura y también es un destacado artista plástico. Nieto del vasco José Pedro Urioste, suele dar conferencias sobre lo aprendido en la cordillera de los Andes y ha escrito un libro, Desde el silencio, sobre el terrible accidente aéreo.
Carlitos Páez tenía 18 años cuando el avión en el que viabaja se estrelló en mitad de la nada y recuerda que pasó los 72 días en la montaña calzado con mocasines. Es técnico Agropecuario y en la actualidad dirige su empresa de Consultoría en Comunicación y Relaciones Públicas, al mismo tiempo que desarrolla, desde el año 2002, una intensa actividad como Conferencista Internacional. Es viudo; tiene dos hijos, María Elena de los Andes ‘Gochi’ y Carlos Diego; y varios nietos. Junto a su hija, vivió una noche mágica en el Festival de Venecia.
Gustavo Zerbino, de 70 años, estudiaba Medicina con Roberto Canessa en el momento del accidente y según cuenta Pablo Vierci en su libro, «se aproximó a cada uno de los más reacios a comer y les explicó, sentado a su lado, con paciencia infinita, lo que significaba vivir o morir, a cada uno con palabras diferentes».
Además, durante los 72 días que estuvo en los Andes se encargó de recoger y guardar las pertenencias de los fallecidos. Medallas, cadenas, relojes, documentos e incluso cartas que algunos escribieron a sus seres queridos fueron puestas en pequeñas bolsas con un objetivo: entregarlo todo a los familiares. Los rescatistas no querían que lo subiera al helicóptero porque pesaba mucho, pero Zerbino se negó a viajar si esos recuerdos no lo hacían con él. Al regresar a Uruguay, fue casa por casa entregando los objetos a los familiares de quienes no volvieron.
Antonio Vizintín, apodado ‘Tintín’, tenía 19 años y estudiaba Derecho. Cuando el avión se estrelló solo quería volver a casa para abrazar a sus padres y a sus hermanos. Vizintín también formó parte de la expedición que recorrió las montañas a pie en busca de ayuda, pero a mitad de camino regresó al avión con el resto de compañeros para que Parrado y Canessa tuvieran más suministros. Tras esta tragedia, el uruguayo vivió otra. «La mamá de mis hijos murió en 1991 y me quedé con una nena de 10 años y un hijo de ocho«, contó en Forbes. Afortunadamente, el destino puso en su camino a Josefina, su actual esposa, con quien vive en Montevideo.
Roberto «Bobby» François, al que vemos en esta foto con Agustín Berrutti, el actor que le interpreta en la película de Bayona. Según contó Pablo Vierci en su libro, no ha vuelto jamás al lugar de los hechos porque allí pasó los peores momentos de su vida, allí murieron sus amigos.
Tampoco ha vuelto a los Andes Daniel Fernández Strauch. «Nunca regresé, yo en la montaña pasé lo peor de mi vida, pero también lo mejor. El estado espiritual que encontré no lo tuve nunca más y quiero conservar ese recuerdo, sé que si vuelvo a la montaña ahora es como ir a un cementerio, ver la cruz con mis amigos muertos ahí», dijo Daniel en una entrevista concedida al periódico Puntal. Eso sí, cuando muera ha pedido que lleven sus cenizas a la montaña. Es ingeniero agrónomo, se casó con Amalia, su novia de entonces, y tuvo tres hijos. Después de la tragedia de los Andes, tuvo que enfrentarse a la enfermedad de su mujer y el accidente de su hijo. «Yo tuve dos cordilleras después de la mía, el cáncer de mi mujer y la internación de mi hijo. Eran más difíciles que la que pasé, porque a esa la peleaba yo y en la otra jugaba de afuera», añadió en la citada publicación.
El superviviente Moncho Sabella, en la foto con el actor Rocco Posca, tenía 21 años en el momento del accidente. Él no tenía previsto viajar a Chile, le convencieron sus amigos Bobby François y Carlitos Páez. Actualmente vive en Paraguay, está casado y es un importante empresario. Además, suele dar charlas motivacionales sobre el horror vivido. Recuerda la tremenda sed que sentía y el sol quemando sus pupilas.
Álvaro Mangino tenía 19 años y en el impacto se rompió la pierna izquierda. Roberto Canessa le recolocó los huesos con una maniobra y le fabricó una hamaca dentro de los restos del avión para que pudiera recuperarse. Tras el milagro de los Andes, se casó con Margarita Arocena, que ya era su novia cuando sucedió la tragedia. Tiene cuatro hijos y es un feliz abuelo.
Pancho Delgado, al que vemos en esta foto con un mural que refleja la tragedia, estudiaba Derecho y tenía 25 años cuando se estrelló el avión. Sufrió graves heridas en sus piernas. Tras ser recatados, fue quien tomó la palabra para explicar ante los medios por qué habían recurrido a comer la carne de sus amigos fallecidos. Después, ha preferido no pronunciarse más al respecto al ser un tema que le resulta muy doloroso.
Roy Harley pesaba 38 kilos cuando fue rescatado de la montaña. Estudiaba Ingeniería Industrial y se encargó de hacer funcionar la radio. A través de ella les llegó la peor noticia. El 23 de octubre de 1972 escucharon que la búsqueda había sido suspendida. Además, fue el fotógrafo de los Andes. Llevaba una pequeña cámara Olympus y siete rollos fotográficos. Dos de sus fotos se exhiben en el museo de Montevideo dedicado al accidente aéreo.
«Uruguayo, vivo en Buenos Aires, hincha de Nacional». Así se define Pedro Algorta en sus redes sociales. Tras salir de los Andes, terminó la carrera de Economía y se casó con Noelle Sauval. Tiene tres hijos, que viven en Madrid, y varios nietos. Durante muchos años evitó hablar sobre lo ocurrido, pero después pensó que quería contar su historia y publicó Las montañas siguen allí. «El hambre nos hizo comernos a nuestros compañeros muertos«, declaró en una entrevista concedida a Onda Cero. «En el libro lo cuento con crudeza porque es lo que nosotros tuvimos que pasar. Era lo único que pudimos hacer para sobrevivir. Hubo debate, pero al final del día nos convencimos de hacerlo con nuestra hambre. Las ideas se te cruzan, pero no había otra cosa que comer«, añadió en esta charla. Además, explicó que para él el momento más emocionante de la tragedia no fue el rescate sino cuando sus compañeros Parrado, Canessa y Vizintín emprendieron el camino de la salvación. «Ver a los helicópteros fue un momento de una enorme alegría, pero lo que me emociona a día de hoy es pensar en la epopeya de mis compañeros«, manifestó con la voz quebrada.