(10 de octubre del 2020. El Venezolano).-La agencia de Naciones Unidas para los refugiados, ACNUR, ha avisado este domingo de las gravísimas consecuencias para la salud mental de los refugiados que comporta la larga pandemia de coronavirus, que está llevando a estas personas a un estado de «desesperación generalizada».
Con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, ACNUR insta así a la comunidad internacional a priorizar e impulsar los programas de salud mental esenciales para refugiados y desplazados internos.
«La necesidad de apoyar la asistencia de salud mental para las poblaciones desplazadas ya era fundamental antes de la pandemia, pero ahora estamos lidiando con una emergencia y un panorama de desesperación generalizada», ha avisado el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi.
«Muchos refugiados nos dicen que ven su futuro desmoronándose. Los problemas que los expulsaron de sus países siguen sin resolverse y no pueden regresar a sus hogares», según el alto representante.
Además, Grandi recuerda que «muchos de los que han sobrevivido en el exilio ganándose la vida en la economía encubierta han perdido sus trabajos, y están preocupados por su salud y la de sus familias, sin saber cuándo terminará la pandemia y cómo pueden realmente protegerse. Ven una falta de soluciones y una falta de esperanza en el futuro», ha lamentado Grandi.
El responsable de ACNUR ha recordado el «alarmante aumento de los intentos de suicidio en los campos de refugiados desde el inicio de la pandemia»: 210 intentos este año en comparación con 129 el año pasado. En Líbano, las llamadas al Centro Nacional de Llamadas de ACNUR por parte de refugiados que pensaban en suicidarse o autolesionarse también han aumentado en los últimos meses.
«Hay una creciente desesperación en las llamadas a las líneas de ayuda de los refugiados que tienen miedo o que nos dicen que no ven una salida», ha avisado Grandi. «Necesitamos que se realicen inversiones urgentes en programas de apoyo psicosocial y de salud mental para los desplazados y sus comunidades locales de acogida», ha remarcado.
«Si no abordamos su bienestar ahora de manera integral», avisa Grandi, «los efectos pueden ser irreversibles y durar generaciones».