(12 de abril del 2022. El Venezolano).- Si hubiera una escala del uno al 10 para la ridiculez, la batalla de una década de David Rivera para esquivar las consecuencias de sus acciones ilegales de financiación de campaña sería un 11. Han pasado unos increíbles 10 años desde la elección que metió en problemas a Rivera, ex congresista del sur de Florida, pero además íntimo amigo de Marco Rubio pero quizás el final de esta larga farsa está a la vista.
Un juez federal le ha ordenado que pague una multa de 456.000 dólares por hacer, «a sabiendas y voluntariamente», contribuciones a la campaña con el nombre de otra persona. Esta es una forma de decir lo que ya sabemos: Rivera canalizó secretamente casi 76.000 dólares a un candidato, Justin Lamar Sternad, que se presentaba contra su probable oponente demócrata para el Congreso, Joe García.
Fue una táctica para dividir el voto demócrata en el distrito en 2012 para que Rivera pudiera prevalecer. Pero de todos modos perdió el escaño del condado de Miami-Dade ante García. Hace tiempo que otras dos personas han asumido la culpa en este caso. Sternad y la consultora de la campaña republicana Ana Alliegro se declararon culpables de los cargos penales y cumplieron penas cortas. Rivera no fue acusado. Según un artículo del Miami Herald, a los fiscales les preocupaba contar con el testimonio de Alliegro, ya que era amiga de Rivera. Sin embargo, finalmente la Comisión Federal de Elecciones presentó una demanda contra Rivera cuando no quiso pagar la multa.
Años después, Rivera, que ahora tiene 56 años, sigue sin pagar. Sus reclamaciones más recientes: La FEC no tenía jurisdicción para proseguir con su demanda por violación de la campaña porque el plazo de prescripción de cinco años había expirado y que no se le notificó debidamente antes de presentar la demanda. La jueza del Tribunal de Distrito de EE.UU.
Marcia Cooke no se dejó impresionar. «Es poco sincero y huele a hipocresía que el demandado David Rivera -un ex congresista de los EE.UU.- insista ahora en que el tribunal ignore convenientemente sus múltiples y discretas violaciones de una ley federal en favor de su tensa lectura de un estatuto de limitaciones y su interpretación de las reclamaciones de la FEC contra él», escribió en su fallo a finales del mes pasado. Rechazó su petición de desestimar el caso, le ordenó pagar los 456.000 dólares -más 95 dólares en concepto de costas judiciales- y especificó que se le prohíbe hacer contribuciones a la campaña bajo el nombre de otra persona. Esto último no es sólo un escaparate; Rivera siguió presentándose a las elecciones después de perder la carrera por el 26º Distrito del Congreso.
El historial de Rivera es complicado (y eso es ser generoso). Ha evitado los cargos relacionados con un acuerdo secreto de consultoría de casinos que provocó la atención del Servicio de Impuestos Internos y una investigación estatal sobre las acusaciones de que utilizó las cuentas de la campaña para pagar gastos personales. También ha esquivado repetidamente casi 58.000 dólares en sanciones por violaciones de la ética. Todo eso se suma al caso de 2012, revelado por primera vez por el Miami Herald.