(07 de octubre del 2021. El Venezolano).- El año 2020 se cerró con el mayor aumento de la tasa de matrimonio infantil en un cuarto de siglo y la situación amenaza con empeorar, como atestigua un informe de la ONG World Vision que cifra en 3,3 millones los menores en riesgo de casarse prematuramente por culpa de contextos en los que el hambre marca la conducta social.
Un niño hambriento tiene un 60 por ciento más de probabilidades de casarse de forma anticipada, al igual que quienes no van a clase tienen 3,4 más opciones. La pandemia de COVID-19 ha añadido también nuevas variables, en la medida en que ha empeorado las condiciones socioeconómicas de entornos que ya de por sí eran vulnerables.
El fin del matrimonio infantil figura dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados para el año 2030, pero como ha reconocido la líder de promoción y participación externa de World Vision International, Dana Buzducea, «el progreso sigue siendo lento».
Un 82 por ciento de los niños casados entrevistados por World Vision en la región de Asia y el Pacífico contrajeron matrimonio durante la pandemia. La emergencia sanitaria, según Buzducea, «ha aumentado los niveles de pobreza y hambre y ha disminuido el acceso a la educación», lo que aumenta el riesgo.
«Una vez más, las niñas se llevan la peor parte de la crisis, ya que a muchas se les niega la educación y se les obliga a casarse con hombres que, en algunos casos, les doblan la edad», ha lamentado la responsable de World Vision, en un comunicado en el que ha llamado a abordar las causas estructurales.
En este sentido, el director de World Vision España, Javier Ruiz, ha pedido que se atajen el hambre y la pobreza y se favorezca el acceso a la educación. «Los gobiernos de todo el mundo, que están centrados en hacer frente a las repercusiones de los efectos económicos de la COVID-19, deben también dar prioridad a la protección de las niñas y niños más vulnerables del mundo, que corren el riesgo de sufrir las secuelas de la pandemia», ha reclamado.
Ruiz espera que la familias no tengan que tomar la «horrible» decisión de elegir «entre qué hijo deben mantener y poder alimentar y cuál debe casarse», toda vez que «hay suficiente recursos en el mundo para garantizar que todos estén alimentados y educados, sin que las niñas y niños se vean obligados a casarse para sobrevivir».