(19 de agosto del 2021. El Venezolano).- Como en el país, los contrastes en el ecosistema donde está ubicada la Biblioteca Nacional son demasiado evidentes.
Mientras la entrada del Panteón Nacional está pulcra, resguardada por militares, mientras hay personas paseando a sus perros o haciendo ejercicio en la plaza, la entrada principal de la Biblioteca Nacional, un pasillo decorado con imágenes de la revolución, hiede a orine y abunda la basura.
La Biblioteca Nacional fue creada en 1833, pero su modernización, su sistema para garantizar la conservación y difusión de la memoria del país, se logró a partir de los años 70 cuando Virginia Betancourt, fundadora del Banco del Libro, asumió la dirección por petición del presidente Carlos Andrés Pérez.
Como lo cuenta la propia Betancourt en El Sistema Nacional de Bibliotecas e Información de Venezuela (Sinasbi): 1974-1998. Una experiencia latinoamericana exitosa en la formación de ciudadanía, publicado por la UCAB, luego de que ella ejerce la dirección de la institución, Venezuela se convirtió en el primer país en adoptar el marco conceptual del National Information Services (Natis), aprobado por la XVIII Asamblea General de la Unesco, mediante la designación de una Comisión Nacional para el establecimiento de un sistema nacional de información de carácter interinstitucional, que fue responsable de sentar las bases del Sinasbi.
Luego, en 1977, el Congreso Nacional aprobó, con apoyo de todos los partidos, la Ley del Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y de Servicios de Bibliotecas, que, cuenta Betancourt, se sustentaba en los principios del Natis y en el diagnóstico de la Comisión.
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