(19 de mayo del 2021. El Venezolano).- A Armando Díaz le diagnosticaron un cáncer de próstata de grado 4 con metástasis ósea en 2018, año en el que la economía venezolana estaba sumamente golpeada y con la escasez visible en los anaqueles. «Recuerdo que todo ese año no tenía ganas de nada, solo quería dormir y aquellos dolores en la espalda baja me impedían hasta cargar un botellón de agua, pensaba que era un tema de unas vertebras que tenía complicadas», pero no era así.
La noticia fue una sorpresa, para el hombre de 68 años en aquel entonces, hoy de 70. Armando ya perdió la cuenta de cuánto se ha gastado. Sabe que son más de 20 mil dólares, en sus hojas de cálculo hay un caos de números que solo él entiende, están las cuentas que debe pagar en su hogar y también para su enfermedad. Aunque en los últimos tiempos ha podido correr con los gastos de múltiples operaciones, exámenes y tratamientos. En la actualidad los recursos se han esfumado y la posibilidad de un cambio de tratamiento se hace más latente ante unos resultados de antígeno prostático que no bajan de 200, según el oncólogo tratante debería encontrarse en 0 para considerarse libre de cáncer. «Ya no puedo más. Me da vergüenza pedirle a mis amigos que me ayuden, porque es mucho dinero».
Desde noviembre de 2020, Díaz inició la quimioterapia junto a otros medicamentos de nueva tecnología, por lo que debe invertir mes a mes alrededor de $2.000 una cifra bastante alejada de las posibilidades promedio de un venezolano, quien puede percibir menos de $1 por mes, en el caso del septuagenario, quien trabaja como gerente en una almacenadora de contenedores en Puerto Cabello, estado Carabobo es un tanto superior, pero no suficiente.
Amigos, conocidos y familia han ayudado en la travesía del cáncer para seguir luchando. Cada 21 días recibe una dosis de docetaxel que le genera dolores que se combaten con medicamentos como tramadol y que lo dejan somnoliento por una semana, sin embargo su actitud siempre es de continuar. Por eso, su familia decidió crear una campaña de Gofundme para alcanzar la cifra de 20 mil euros, los cuales servirán para cubrir los gastos de tratamiento y exámenes durante un año. «Los días de la quimio son los peores, es un dolor, como electricidad dentro de los huesos. Hay noches que no duermo y cuando lo logro ya es hora de almorzar. Se me cierran los ojos y solo quiero que pare el dolor».
Armando Díaz tiene en su mesa de noche un altar que cada vez se hace más grande, empezó con un San Miguel Arcangel y ahora ya hay San Antonios, Vìrgenes de Fátima y ahora el beato José Gregorio Hernández a quien acude a visitar en su Santuario en Valencia, el cual le queda a unas 10 cuadras de distancia de la clínica en donde recibe la quimioterapia. «Ellos me van a curar, nunca lo he dudado y mi mamita allá en el cielo también». Dice mientras muestra su foto de perfil de Whatsapp en el que sale con su madre, quien murió dos meses después de haber sido diagnosticado de cáncer.
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