(17 de marzo del 2021. El Venezolano).- Tanto Rusia como Irán buscaron influir en el resultado de las pasadas elecciones presidenciales en Estados Unidos, según un informe publicado este martes por la Oficina del Director Nacional de Inteligencia, que concluye que a pesar de ese intento, el espionaje norteamericano no encontró ninguna prueba de que alguna figura de peso extranjera lograra cambiar el sentido del voto o perturbar los comicios a través del registro electoral, la falsificación del voto, el recuento o la información sobre los resultados, según informa, entre otros medios, la agencia de noticias Associated Press (AP).
Se trata de un documento de inteligencia —en el que colaboran la CIA, el FBI o la NSA— sobre las amenazas extranjeras que sufrieron las elecciones del 3 de noviembre, en las que el demócrata Joe Biden se hizo con la victoria. El informe contiene datos sobre operaciones rusas que, según el departamento de Inteligencia estadounidense, fueron autorizadas por el presidente ruso, Vladímir Putin, en favor del aspirante republicano y entonces presidente, Donald Trump. La investigación revela también el empeño de Irán de socavar la confianza en el proceso electoral para dañar las posibilidades de reelección de Trump.
El informe confirma lo que la sección de ciberseguridad del Departamento de Seguridad Interior aseguró el 4 de noviembre, un día después de las presidenciales: “No tenemos ninguna prueba de que un enemigo extranjero sea capaz de impedir que los americanos voten o alteren el resultado de las urnas”. Según recoge el documento publicado este martes, Rusia e Irán se dedicaron a “esparcir declaraciones falsas o exageradas que aseguraban que, supuestamente, los sistemas de votación no eran de fiar, lo que debilitó la confianza del público en el proceso y el resultado”.
Mientras Rusia apoyaba la reelección del expresidente Trump, intentando enfangar la candidatura y el nombre de Joe Biden, Irán se oponía al expresidente republicano. Los intentos de Moscú eran cada vez más obvios según avanzaba la campaña electoral. Un elemento clave de los ataques rusos contra el demócrata Biden se centraba en las falsas acusaciones de que el expresidente de Barack Obama, mientras estaba en el poder, intentó el cese de un juez ucranio con la intención de que no fuera investigado su hijo, Hunter Biden, quien formó durante un tiempo parte del cuadro directivo de la empresa gasística ucrania Burisma.
El informe nombra específicamente a Andrii Derkach, un político ucranio que actuó de parte de Putin para intentar desacreditar al candidato Biden. Durante la campaña, Derkach se reunió con Rudy Giuliani, el abogado personal de Trump, para influenciar a favor de su jefe en las elecciones. “Rusia llevó a cabo una exitosa operación de espionaje que llegó a penetrar el círculo más íntimo del presidente”, aseguró este martes el presidente del comité de Inteligencia de la Cámara, el representante Adam Schiff. Según el demócrata, el documento de la Oficina del Director de Inteligencia confirma que agentes rusos se dedicaron a propagar “desinformación” con la intención de “denigrar” a Biden y su candidatura.
Otro de los puntos destacados del documento del espionaje de EE UU es que la influencia de Rusia en el proceso electoral de 2020 no fue tan extensa como la que ocurrió en 2016, cuando piratas informáticos al servicio del Kremlin accedieron a los ordenadores del Partido Demócrata y pusieron a disposición del público correos electrónicos que dañaron gravemente la campaña de la candidata demócrata Hillary Clinton. “A diferencia de 2016, en esta ocasión no hemos hallado ningún intento cibernético de penetrar las infraestructuras electorales”, asegura el documento.
Respecto a Irán, el informe cita los esfuerzos destinados “a minar las posibilidades de reelección de Trump [aunque lo hacía sin promover de forma directa a sus rivales], dañar la confianza de los ciudadanos en el proceso electoral y las instituciones norteamericanas y sembrar división y exacerbar las tensiones sociales dentro de EE UU”.
China tiene también una mención en el informe. “Hemos constatado que China no desarrolló ninguna interferencia y, aunque lo consideró, no desplegó ningún esfuerzo encaminado a cambiar el resultado de las elecciones presidenciales”, concluye el dossier.
Con información de El País