(13 de marzo del 2021. El Venezolano).- Mientras las colas por la gasolina se han reducido luego de que en 2020 escaseara severamente, las de abastecerse de diésel (o gasoil) se alargan cada vez más, pues la falta de este combustible se ha recrudecido desde finales del año pasado y todo parece indicar que las proyecciones de los analistas en torno a los inventarios de Pdvsa se concretarán: durarán hasta finales del primer cuatrimestre de 2021 (no más allá de abril).
Señala la web de Tal Cual que la escasez de diésel afecta sobre todo la distribución de materia prima y bienes finales importados, grave problema por cuanto más de 80% de los alimentos que se consumen en el país provienen del exterior. El campo venezolano aporta apenas 18% de lo que se come en el país, de acuerdo con un estudio realizado por la Organización No Gubernamental Ciudadanía en Acción.
Los sectores agropecuario, industrial y transporte han alertado que si el régimen maduristano garantiza el combustible ni cubre la demanda nacional, el país se acercaría a la definitiva paralización de su economía, que ya atraviesa por una recesión desde que el mandatario Nicolás Maduro llegó al poder en 2013.
La escasez de diésel ha paralizado a nueve de cada 10 transportes de carga del país, lo que detiene la distribución de alimentos, medicinas, insumos médicos y otros productos esenciales para la población venezolana, de acuerdo con la Cámara de Transporte del Centro (Catracentro).
Mercado negro incipiente
En un comunicado, emitido el 9 de febrero, Catracentro denunció que el régimen de Maduro aplica una “política de asignación” por el déficit de la producción nacional del combustible y las escasas reservas existentes en el país. “Es aquí cuando aparece un ‘mercado negro’, con aumento sustancial de precios, discrecionalidad en la asignación de producto y corrupción, que amenaza la estabilidad de las empresas de transporte de carga y su capacidad de seguir operando en condiciones normales.
Alertó que “la crisis de transporte de carga será inevitable y tangible en la ausencia de los alimentos que circulan por el país, de las medicinas, que incluyen las vacunas y los medicamentos para la atención de la pandemia y otros bienes esenciales que están amenazados en este momento, además del cierre técnico de cerca del 80% del sector transporte, que no podría recuperarse rápidamente para atender la emergencia que nos asecha”.
El 5 de marzo, conductores de camiones y gandolas trancaron el kilómetro 105 de la Autopista Regional del Centro, la principal y más transitada autopista de Venezuela, para exigir el suministro de diésel.
Transporte Unido por Venezuela, por su parte, asegura que la crisis del diésel mantendrá fuera de circulación a 50% de las unidades de transporte superficial. De hecho, se presume que Maduro suspendió el servicio de transporte interurbano durante la semana de cuarentena radical del 8 al 14 de marzo precisamente por la escasez del combustible.
Sector industrial en riesgo
Señala el economista y profesor Antero Alvarado, director regional de la firma Gas Energy Latin American, que la crisis “también la sentirá el sector industrial, que para procesos productivos necesita diésel, y los generadores eléctricos que hay en hospitales y clínicas que sirven cuando se va la luz. El sector eléctrico en algún momento también puede verse afectado, pero sin duda lo que veremos es que van a proteger el sector eléctrico y van a racionar el diésel al sector transporte”, dijo.
Alvarado asegura que a Venezuela no llega diésel desde octubre de 2020 por las sanciones y que se están agotando los inventarios, que espera que se acaben definitivamente en abril de 2021. Sostiene que la solución es que se permitan nuevamente los intercambios de diésel por petróleo. Sin embargo, advierte que si esto se logra hacer hoy, los primeros barcos llegarían aproximadamente tres meses después de haber suspendido la prohibición del swap.
Caída de la producción
La crisis actual del diésel se debe, principalmente, a la caída de la refinación de los cuatro grandes refinadores que tiene Venezuela, Amuay y Cardón en el Centro de Refinación Paraguaná (CRP) en Falcón y Zulia, Puerto La Cruz en Anzoátegui y El Palito en Carabobo, los cuales tienen una capacidad de refinación de más de 1,3 millones de productos derivados del petróleo (gasolina para vehículos, diésel, queroseno y combustible de turbina de aviación).
En su máxima capacidad, las cuatro plantas podían procesar, aproximadamente, 300 mil barriles diarios de diésel, lo que satisfacía perfectamente la demanda que en su mejor momento se ubicaba en unos 130 mil barriles diarios, aproximadamente, antes de la caída del parque automotor nacional, el cierre de miles de empresas y la migración de millones de venezolanos. Sobraba para exportar y generar ingresos en divisas.
Actualmente la producción de diésel no solo está por el suelo sino que resulta intermitente. De acuerdo con fuentes del sector petrolero, la demanda actual de diésel es de 60 mil barriles diarios y se están produciendo 30 mil barriles/día, por eso no se cubre la demanda.
Combustible para Cuba
Sin embargo, el régimen madurista, en vez de garantizar el suministro de diésel al país, ha continuado mandando combustible a Cuba, de acuerdo con el secretario de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela (Futpv), Iván Freites.
“Lo que está pasando es por la sanción que nos impone Cuba de que tenemos que enviarle diésel porque todas sus plantas eléctricas funcionan con este combustible y por los compromisos que han adquirido los que dominan ahorita la industria, que son los militares, quienes han hecho negocios, uno de ellos con Indonesia que manda a buscar combustible”.
“La sanción de Cuba contra Venezuela de 150 mil barriles diarios, entre ellos aproximadamente de 30 mil barriles diarios de diésel, y los negocios que tienen los militares han dejado al país sin diésel, sin gasolina y sin gas. Todo es un negocio que se han planteado los que tienen la industria y el régimen cubano. Por eso no hay combustible en Venezuela”.
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