(21 de febrero del 2021. El Veneozlano).- Descalificar elecciones, denunciar fraude incluso antes de ser convocados los comicios, presentar las convocatorias a votar como tretas del gobierno para fingir que en Venezuela hay procedimientos democráticos, señalar la perversidad con la que actuarán los próximos rectores del Consejo Nacional Electoral antes de conocerse los nombres de los designados, son acciones políticas que se han hecho cotidianas en la agenda de los promotores de la abstención y en el arsenal discursivo de quienes se presentan como radicales contra un gobierno al que no debe dársele cuartel.
Lo contrario, llamar a cambiar con el voto, promoviendo la participación política de los ciudadanos, es tenido por esos grupos antivoto como deshonesto y como acto de colaboracionismo, es decir, de estar al servicio del gobierno chavista – madurista. Como una concesión a políticos no tan sinvergüenzas consideran su participación en elecciones como repugnantes ambiciones de quienes aspiran cargos de representación popular.
En el mejor de los casos lo creen una ingenuidad de quienes piensan que el voto pueda servir para algo.
Para ellos nunca hay condiciones para participar. Si los partidos de oposición no se ponen de acuerdo en candidatos o en estrategias comunes, ha sido porque el gobierno los dividió. Si no son capaces de organizar su representación electoral y tener suficientes y competentes testigos de mesas electorales fue porque el Consejo Nacional Electoral les puso trabas. Si los partidos están divididos y entre sus propios miembros se acusan de violar los Estatutos o de abusos de poder y una de esas tendencias acude a los tribunales a demandar a los tramposos es que desde Miraflores se les interviene.
Han presentado cualquier cantidad de excusas para no participar y llaman a los demás colaboracionistas, pero ni por asomo ofrecen las verdaderas razones de su conducta. Unos, lo que realmente tienen es miedo a contarse y prefieren esconderse detrás de la abstención y echar a rodar la tesis según la cual todos esos abstencionistas eran de ellos.
Otros perdieron su autonomía y voz propia. Simplemente convocan a la abstención porque esa es la orden recibida desde el exterior por sus jefes políticos y financistas.
Otros, sabotean elecciones porque son elementos de estabilidad política y ellos están comprometidos con la estrategia mayor de agravar la crisis. Reclaman bloqueo económico para negarle ingresos a Venezuela, asfixiar la economía, reducir al mínimo la capacidad de respuesta del Estado ante las demandas ciudadanas, lo que lleva a severas expresiones de descontento, protestas y al final, según su plan, al derrumbe del gobierno.