(23 de octubre del 2020. El Venezolano).-Desde junio de 2020 se sigue un proceso de extradición en Cabo Verde contra Alex Saab, enviado especial de Venezuela ante Irán para la adquisición de materias primas para paliar los efectos de la pandemia de la Covib 19. Extradición que carece de consistencia fáctica y que obedece a la ya larga persecución política que Estados Unidos despliega contra la República Bolivariana y sus líderes. Para ello se han desplegado todas las artimañas, medios y formas posibles para conseguir el objetivo final, doblegar la voluntad de las autoridades de Caracas.
Ahora, 4 meses después, nos encontramos con una resolución de la Corte Suprema que pone en tela de juicio todo lo hecho contra Alex Saab. Viene a reconocérsele el carácter de Enviado Especial y por tanto protegido por el derecho internacional como persona inviolable, de donde se desprende la nulidad de aquella detención, y, consecuentemente, de todo lo que se deriva de aquel ilícito acto.
Así mismo, se afirma que el Tribunal de Apelación de Barlavento no actuó con arreglo a la ley, cuando no permitió que la defensa pudiera tener conocimiento de lo alegado por el ministerio fiscal y por tanto verter los argumentos de contrario. Nada de eso se consideró, por lo que también es nulo de pleno derecho todo el proceso y su detención ilegal.
Y ¿qué es lo que se valora? Un delito de conspiración para delinquir. Sí, parece ser que esa es la denominación por parte del país requirente, pero en realidad se trata de una excusa para volver sobre temas ya juzgados y aprovechar la ocasión para cargar contra el Presidente Nicolás Maduro, cuyo derrumbe es lo que realmente se persigue, a través de un empresario y de la implementación de las injustificadas sanciones económicas.
Alex Saab, según su propio relato, tuvo la valentía de crear un mecanismo de abastecimiento alternativo para el pueblo venezolano. En una situación de marcada carestía, fruto exclusivo de la política norteamericana, el empresario diseñó canales de abastecimiento de productos básicos y materias primas para la economía del país. Consiguió alianzas con terceros países no sometidos a los dictados de Washington y abrió sendas de abastecimiento hacia Venezuela. Evidentemente, Estados Unidos jamás perdonó que Saab hubiera hackeado el mas que dudoso sistema de sanciones de Estados Unidos, contrario a las más fundamentales normas de Derecho internacional. Y, evidentemente, la respuesta no se hizo esperar.
Cuando Alex Saab viajaba a Irán, precisamente para negociar nuevas partidas estratégicas para paliar el daño al pueblo venezolano creado por los Estados Unidos de Norteamérica fue detenido arbitrariamente, sin respetar su inviolabilidad ni inmunidad que, como enviado especial, tenía.
De forma subrepticia los documentos que justificaban su condición de agente especial desaparecieron y solo meses después pudo la defensa aportarlos ante la justicia caboverdiana, abriéndose la pertinente investigación.
La detención de Saab a instancias de Estados Unidos abre un peligrosísimo precedente para la seguridad de las relaciones diplomáticas. Y, en concreto, para los representantes y agentes de países sin el poderío de las grandes potencias, que ven despreciados esos mecanismos y garantías.
Desde el momento de su detención el calvario de Alex Saab esta siendo muy duro. Además de sufrir este proceso injusto, se halla encerrado desde el 12 de junio en una minúscula celda llena de insectos, sin acceso a luz, mal alimentado y sin poder tener acceso adecuado a un tratamiento médico, ni poder disponer de un doctor de su elección y confianza, con pérdida notable de peso, y un trato vejatorio y humillante por el solo hecho de ser enviado especial de Venezuela. Amen de las presiones que ya han sido denunciadas, de forma reiterada por su parte, como la imposibilidad de que su defensa internacional haya podido visitarle y defenderle de una forma respetuosa con sus derechos.
En este caso, se constata con claridad el interés de Estados Unidos en llevar a toda costa a Alex Saab a su jurisdicción para utilizarlo como ariete político estratégico contra el presidente Nicolas Maduro. De momento lo que se ha constatado es que 7 de los 8 cargos que se tenían contra Saab se han caído, pero eso sí, después de haber dado la “solidez” correspondiente para que las autoridades de Cabo Verde, decretaran la prisión preventiva, que sigue vigente hasta hoy. Prisión que es inhumana a todas luces a la vista de la vaguedad e inconsistencia de los cargos que, en cualquier otro caso, ya habrían determinado la liberación del Sr. Saab.
En estos días, como he dicho, la Corte Suprema de Cabo Verde ha devuelto el caso al tribunal inferior, indicando que debe pronunciarse sobre determinados aspectos, y arrojando, además, serias dudas sobre la extradición norteamericana. Sobre todo si tenemos en cuenta que ya al resolverse el habeas corpus por el Tribunal de Justicia en Cabo Verde, de fecha 1 de julio, se reconoció que Saab tenía la calidad de Enviado Especial, y, por tanto, como diplomático debe operar la inmunidad e inviolabilidad respecto del mismo.
¿Quién responderá de esta arbitraria situación que el ciudadano venezolano y agente diplomático Alex Saab está padeciendo?