Nuevamente, el régimen ha hecho gala, hasta con visos antisemitas, de un engreimiento mediante su cancillería, cuando su titular cualifica como: “infundada la decisión de la Sala de Apelaciones de la CPI” porque con toda certeza y elementos suficientes, ha denegado apelación del gobierno de Maduro: “investigación por crímenes de lesa humanidad en Venezuela, continúa”.
Por Isaías Márquez
Y, en efecto, los jueces “recordaron que el fiscal Karim Khan tampoco estaría en la obligación de notificar al Estado venezolano acerca de los actos que necesite inquirir; especialmente, aquellos que cubren un gran número de presuntos actos criminales”. Pues, ante tanta autenticidad, no resulta muy fácil, o casi imposible tapar el sol con un dedo puesto que son numerosos los denunciantes fehacientes, asistidos pertinentemente, por violación de sus derechos humanos.
No obstante, sale con una huida hacia adelante al pretender desvirtuar el tema por “inacción” de dicho organismo ante un supuesto genocidio que sufre Palestina por Israel a manos del gobierno de Netanyahu en defensa justa de su soberanía.
Deberían meditar los acólitos asesores legales nulos del régimen sobre el pasaje bíblico Lc 8,17: “No hay nada escondido que no salga a la luz, ni nada tan secreto que no pueda conocerse claramente (…). Es de estimarse que por el alcance de los hechos, se haya consignado ante el organismo en cuestión los elementos suficientes y necesarios; no infundios, tal y como se pretende mal interpretar adrede, con miras a evadir y/o burlar las diligencias de ese organismo, no sujeto a órdenes áulicas o clientelares. Reiteramos, no se trata de un TSJ oficialista, sino a disposición de las víctimas de un régimen absolutista, que aspira a insistir en la detentación del poder.